En una ocasión me encontraba participando para una vacante en una empresa muy prestigiosa. En la entrevista final nos encontrábamos dos personas para ese mismo puesto, sin embargo al final de mi entrevista me dijeron que posteriormente me informarían de la decisión final. Yo realmente quería ese puesto, era una empresa bastante buena y representaba la oportunidad que siempre había soñado.
Al tercer día de estar esperando por la respuesta final, me llego un correo electrónico donde me agradecían por mi participación pero el puesto se lo habían dado a la otra persona; sentí una sensación interna que es difícil de explicar, porque no era la primera vez que me sucedía, una vez más lo que había anhelado pasaba por mis ojos, y se escapaba de mis manos.
Los sentimientos a los que nos enfrentamos, muchas veces son provocados por aquellos momentos donde la oportunidad se hace presente en nuestras vidas, sin embargo muchas veces esa oportunidad llega, pero nosotros no estamos preparados para aprovecharla, y en otras ocasiones la oportunidad es aprovechada pero al poco tiempo se nos va de las manos.
Algunos de los sentimientos que se generan producto de la oportunidad, surgen en los momentos donde alguien impide realizar todos aquellos anhelos o metas que tenemos en nuestras vidas, también está relacionado con los requisitos que no cumplimos y que necesitamos; este sentimiento tiene que ver con las puertas que se han cerrado frente a nuestros ojos. El tipo de sentimiento que normalmente se genera en estas ocasiones es de impotencia, y a partir de esa posición surge la siguiente pregunta que todos nos hemos hecho en alguna ocasión ¿si tan solo me dieran una oportunidad?
Otro tipo de sentimiento que se genera producto de las oportunidades, sucede cuando la oportunidad ha llegado a nuestras vidas y estamos disfrutando de ella y por alguna mala decisión consciente o inconsciente se nos va, o por cosas que suceden nos encontramos de repente que lo que teníamos ya no está; quizás una relación, una posición, un trabajo entre otros. Este tipo de sentimiento es diferente pues si tuvimos la oportunidad, disfrutamos por largo o corto tiempo de los beneficios que ella nos dio; el sentimiento que se genera en este caso es muchas veces de culpabilidad pues la oportunidad se pierde una vez que ya ha estado con nosotros, en esta posición surge varias pregunta ¿tal vez si lo hubiera hecho de esta forma? ¿Si hubiera estado más atento? ¿Y ahora que voy hacer?
En ambos casos la persona entra en un proceso donde la crisis se hace presente, máxima si tienes tiempo de andar buscando esa oportunidad y el resultado es un reiterativo NO, o por el contrario está muy apegado a eso que perdiste. Por total en ese momento solamente queda dos cosas por hacer:
1) NO DESMAYES: yo se que muchas veces esta expresión no produce ninguna mejoría en nuestro interior, es difícil no deprimirse cuando se ha perdido a un ser querido, o cuando pierdes el trabajo y tienes una familia que mantener, cuando tienes en tu puerta a los acreedores tratando de cobrarte, es difícil sentirse bien cuando todo está en nuestra contra, pero camina, aun cuando todo esté en nuestra contra, tienes que caminar, aun cuando nuestro dolor sea insoportable intenta caminar y al final encontraras una oportunidad.
2) EXISTE UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD: trata de seguir adelante, no toda tu vida va hacer así siempre, hay una segunda oportunidad, eso sí, hay que buscarla pero te llegará, sino es que ya la tienes. Prepárate para lo que viene, no inviertas tu tiempo en tu pasado, el pasado déjalo donde le pertenece, ¡en el pasado! Procura invertir tu tiempo en lo que viene, tu presente y tu futuro es más importante que tu pasado, recuerda que las oportunidades están en el futuro y no en el pasado.
Un sueño solo puede triunfar sobre la realidad si se le da la oportunidad. Stanislaw Lem