Revista Libros
Como os decía, nunca voy a cansarme de leer libros sobre la época de la Segunda Guerra mundial o el nazismo. Muchas veces leo historias en las que la subyugación, alienación o rechazo están presentes, pero no hay tema que más me llegue que éste. Siempre pienso lo mismo "¿Cómo demonios pudo llevarse a cabo esta masacre, esta aberración?" Y es que es increíble que no hace tantos años, millones de judíos fueran aniquilados, masacrados y anulados como personas. El autor, Arnost Lustig, lo vivió en sus propias carnes ya que estuvo en tres campos de concentración, ni más ni menos, y tras salvarse del holocausto dedicó su vida a la docencia y la literatura. Muchas de sus obras están salpicadas por sus vivencias durante la época y al menos en este libro, consigue que sientas el temor y el horror por el que tuvieron que pasar tantos y tantos seres humanos.El libro trata sobre un grupo de judíos con muchos posibles que gracias a su condición económica van a ser intercambiados por prisioneros alemanes. La situación parece esperanzadora pero nada más lejos de la realidad. No sólo les piden cantidades abusivas para así poder salvar sus vidas, si no que los van extorsionando con el pretexto de que ellos son dueños de sus destinos, y que si no pagan lo que les exigen, sus vidas pueden correr peligro, ya que no habrá nadie que dé la cara por ellos y irán irremisiblemente al campo de concentración polaco.En el grupo también está una chica llamada Katerina, que no figura entre los agraciados, pero que por compasión, el portavoz del grupo, Herman Cohen, se apiada de ella y decide que pagará por su vida también. Ella se siente entre culpable por dejar al resto de su familia en el campo de concentración, extraña, por compartir dicho viaje con tantos hombres para ella desconocidos y esperanzada, por poder salvar su vida. Desde el inicio del libro el lector ya intuye que los militares del Tercer Reich van a exprimir a los prisioneros hasta hacerse con todo su dinero. El clima de desprotección y engaño se hace patente ya que tras el pago inicial, el grupo es obligado a ir pagando cada vez más y más sumas de dinero por todo: por la comida, por el tren que van a coger, por el barco que van a tomar. Es escalofriante ver la inocencia y desconocimiento de los integrantes del grupo, de cómo son timados sin ellos ser conscientes de ello y de cómo su esperanza sigue viva, ya que son ajenos a lo que les puede ocurrir. El lector sabe lo que pasó, ellos lo vivieron entonces y allí, no tenían ni idea qué era ese humo que salía, ni de qué gas se trataba. Siempre es duro leer sobre este periodo, pero para mí estos libros son siempre recomendables. El autor además expone los hechos sin añadir nada de emotividad extra, los hechos son tristes de por sí, no hay pasajes que busquen la lágrima fácil. Por lamentable que fuera, no hay que olvidar que el nazismo arrancó muchas vidas y al menos a mí me parece que hago una especie de homenaje a los que perecieron.Agradecer de nuevo a Editorial Impedimenta por el libro, y no sólo por habérmelo enviado, si no por editar tan bien. Es un gusto poder tener libros tan bien hechos y cuidados como los suyos. Nota: 7,5Lo mejor: Las ganas de seguir avanzando, de saber qué será de los prisioneros y de Katerina. El libro tiene ritmo y es fluido, sin sentimentalismos que hagan la historia más lacrimógena. También invita al lector a pensar en temas más generales como en el poder del dinero, el miedo, la esperanza...Lo peor: El lector es consciente de lo ocurrido durante la época y puede prever un poco la historia, aunque como siempre, la realidad supera a la ficción. Y esta historia está inspirada en un hecho real.