Educar a los hijos no siempre es una tarea fácil y, mucho menos, agradecida. Además de enseñarles a tener una educación académica o social, también es importante que sepamos ayudarles a entender sus emociones, a poder compartirlas y, también, a hacerles partícipes de un mundo variopinto en el que las formas de pensamientos y creencias son totalmente diferentes, aunque no por ello desdeñables. Un mundo rico en matices cuya máxima debe ser el respeto.
Es así como buscando nuevas formas con la que explicar a los niños los distintos matices que nos unen y separan, me he topado con estos cortometrajes.
Estas pequeñas obras de arte (pequeñas sólo en duración, pero grandes en imaginación), nos pueden ayudar a hacerles entender que, por encima de cualquier diferencia, es necesario recurrir al amor y al entendimiento para poder convivir todos juntos en un mundo más armónico.
Y es así como he encontrado “Sweet Cocoon”...