Revista Cultura y Ocio

Una palabra por mil imágenes 34: Malvado

Por Jesús Marcial Grande Gutiérrez
Imagínate una figura clásica de mandarín chino; un hombre de alta estatura; delgado, de miembros recios, felino en sus actitudes y movimientos, con un entrecejo como el de Shakespeare y un rostro de expresión verdaderamente satánica. De su cráneo afeitado pende la coleta tradicional de los hijos del «Imperio Celeste». Sus ojos tienen el fulgor magnético de los ojos de la pantera... se trata de Fu Manchú, el
malvado
El cine Rex era un cine popular que proyectaba dos películas en sesión continua desde las cuatro de la tarde a las doce de la noche. Yo iba muchos domingos con mis hermanos pues el cine nos encantaba. Entrábamos hacia las cuatro y asistíamos a la doble sesión; incluso a veces repetíamos y acabábamos saliendo más tarde de las once algo mareados y con el cuerpo acartonado por la postura en la butaca. No faltaba nunca una película de oeste y, con cierta frecuencia alguna de Fu Manchú el malvado más malo que llegamos a conocer en aquellos tiempos.
He visto, por curiosidad, alguna de aquellas películas inspiradas en el villano chino creado por Sax Rohmer y protagonizadas por dos actores especialistas en ese papel: Boris Karloff y Christopher Lee. Ambos bordan el personaje obsesionado con dominar el mundo. Ahora me parecen los argumentos y su puesta en escena pueriles y simplones pero en aquellos tiempos vivía esas aventuras como si el personaje estuviera conspirando realmente contra la humanidad delante de mí sintiendo como muy real el peligro de sus malévolos planes.
Fu Manchu posee los atributos de la más refinada crueldad oriental, una personalidad dominadora y una mente brillante. Por otro lado ejerce gran fascinación entre sus seguidores que parecen poseídos por sus hipnóticos poderes. La lealtad de sus sicarios (que recuerdan a los ninjas de tiempos posteriores) resulta admirable: mueren como moscas y son vapuleados por cientos pero luchan siempre hasta el final: nunca traicionan o dudan de su señor.
Ya no recuerdo gran cosa de los argumentos de aquellas películas, ni siguiera recuero quienes eran "los buenos"; pero el que ha quedado fijado a mi memoria, el malvado de película más impactante, ha sido aquel chino de ojos rasgados, bigote cruel y mirada magnética llamado Fu Manchú.

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