Siempre se ha dicho: Todo lo bueno de esta vida, o es pecado o engorda. Y ahora que nos hemos sacudido el sentimiento de cupabilidad, dejando de ir a la iglesia, pues nos queda el engordar, o mejor dicho, el no hacerlo, la operación bikini ya está en marcha ¿Todo esto por qué viene? muy sencillo:El investigador Daniele Piomelli, de la Universidad de California en Irvine (EEUU), ha descubierto que el proceso químico que despierta la gula comienza en la lengua, que detecta las grasas y envía una señal al cerebro. Desde ahí, y a través del nervio vago, llega al tracto digestivo, donde se estimula la producción de cannabinoides. Estos neurotransmisores incrementan la señalización entre células de tal forma que despiertan un apetito voraz, según explican los autores del estudio.Este es el motivo, indican, por el que no es fácil comer una sola patata frita: una vez que se ha iniciado el proceso, resulta más difícil controlar nuestro instinto por acaparar grasas.Total que estamos jodidos, ya puedes ponerte a hacer la dieta que quieras, que de repente te da por tragar sin parar y a hacer puñetas el medio kilo que con sudor conseguiste rebajar en quince días, y que seguiremos bajo el sindrome del tragaaldabas, que se le va a hacer.