Revista En Femenino
Pronto termina enero y casi olvido que una de mis resoluciones de 2017 es ir más a la playa, disfrutar del mar. Aproveché que llevaría unos pantalones de mi esposo al sastre y me desvié por la carretera 165. Allí hice una parada. Me senté sobre la grama y desde la orilla, acompañada solo por el viento y el vaivén de las olas, disfruté un rato de esa sensación de calma. Me gusta mucho cómo se siente. Es que me renueva y me da energía. ¿Te pasa lo mismo cuando haces contacto con el mar?
Se que soy afortunada porque puedo "desviarme" y hacer esas paradas. ¡Agradecida estoy! Igual te invito a que también hagas una pausa de vez en cuando. No para ver el mar, sino para sentir el poder de la calma. Te aseguro que te sentirás renovada y querrás volver una y otra vez. Es saludable hacer una pausa para vivir.
Un abrazo,Lezeidarís