A oscuras, con miedo a abrir los ojos a una realidad que parecía pesadilla. Sola y tirada sobre un monton de trapos sucios, que un día fueron toallas, pero que ahora no eran más que jirones de telas mugrientas.
Al principio se acostaba en el suelo, acercarse a la improvisada cama le producía arcadas, tantas que el olor de su vómito se unió a los demás. Cuando la espalda ya no pudo resistir el duro cemento, misterios del ser humano, agradeció que el olor que ahogaba los demás hubiera salido de su cuerpo. Intentaba recordar como había llegado hasta aquel cuarto sucio y claustrofóbico desde su vida luminosa y amplia, pero la mente embotada no conseguía recordar más allá de que una mano amada la había arrastrado a ese rincón oscuro y triste.
Tenía la vaga idea de que la puerta estaba abierta, sus manos no estaban atadas, sus pies aún sabían caminar, pero permanecía allí, atada a una esperanza ya lejana y casi olvidada, que la mantenía pegada al silencio y al vacío. Así pasaban sus días y sus noches. Mirando una puerta que no dejaba filtrar el sol, una ventana con cortinajes oscuros.
A veces le parecía ver luz a través de los goznes, un rayo tibio y atenuado, en esos momentos pasaba por su alma un calor, recuerdo de otro tiempo, pero no tenia voluntad de salir, se quedaba mirando con una sonrisa congelada, sus pies no caminaban, ni sus manos giraban ese pomo sin llave. Se agarraba a la oscuridad, esperando sin esperar. Un camino olvidado.
Una pena y un sueño roto.
Derramado por Zarem
[Retazos de Zarem]
@zarem9