Una pequeña exposición para un gran producto

Fotografías de Doc Pastor

Quizás estemos poco acostumbrados a toparnos con la artesanía en la moda, con el gusto por el detalle y con trabajos que son verdaderas piezas de coleccionista. Pero para saltarnos la rutina nada mejor que acudir a la exposición “Tripolar” de Natacha Arranz.

La Galería Orejudo Deco acogió ayer, 24 de Mayo, la inauguración de esta muestra que se compone de tres patas: Una colección de ropa, tocados e ilustraciones de moda, reunidas en un mismo espacio en el que cada una aportaba su toque especial a un todo muy homogéneo.

Es pasar simplemente por la entrada del edificio donde tenía lugar la exposición (c/ Héroes del Alcázar, 10) y empezar a curiosear por todas partes. Una puerta señorial, unas escaleras de esas que solo se ven en las películas, tan misteriosas y seguro que con tanta historia que podrían narrar las mejores historias que hayan tenido lugar en el rellano. Por fin entramos en lo que parece un piso. Diversas habitaciones llenas de arte y mucha gente para admirarlo. Pero lo que buscamos está al final del pasillo, ahora solo queda hacerse sitio entre todo el gentío y esquivar alguna que otra bandeja con canapés y frágiles copas de vino.

Una pequeña sala con cuadros en sus paredes compuestos por bocetos e ilustraciones de trajes, mucho colorido procedente de los vestidos expuestos por todo el espacio, y un ambiente que te acercaba al de, quizás, un bosque con millones de mariposas, y digo esto porque del techo colgaban los tocados de la diseñadora, que, cada cual más original, atraían las miradas de cualquiera que pasase por su lado.

Pero, ¿quién mejor que la creadora para definir su colección? Hemos podido hablar con ella y nos ha presentado “Aire Vintage” o “Vintage Imagen”, una muestra de la que dice: “Es una colección con reminiscencias de otras épocas y es reivindicar mi manera de hacer vintage, porque ahora la gente usa y abusa, así que yo he indagado en las raíces porque estoy en desacuerdo con lo que se ofrece ahora como vintage que es todo nuevo y con un estilo infantil. Yo he apostado por un estilo más particular y más antiguo”.

Y es que lo que ofrece ella como vintage no se parece en nada al vintage que tan de moda está ahora, un vintage “que no es real”, según sus propias palabras. “¿Por qué lo denominan vintage si en realidad quieren decir ñoño? Porque no es de los años 50, ni de los 60, ni de los 70, es un estilo que no es de ninguna época”.

Sobre los tocados y sombreros cuenta que son más inspirados en una época años 20, años 30, incluso Balenciaga. La colección de ropa “se compone de piezas únicas, no es nada comercial, son piezas concretas. Las líneas son las mismas de siempre, pero en una nueva colección con piezas originales. En este caso la forma de exponerlo ha sido en una galería de arte, por lo tanto he querido exponer piezas trabajadas de una en una, con mi toque y el estilo vintage”.

Una iniciativa muy personal y única en la que todos los detalles están pensados y en la que abunda la emoción y la pasión por la moda artesanal que conforma los cimientos de toda esta industria, que a veces nos abruma, pero de la que seguimos enganchados.

Ana Bueno

Estudiante de 2º de periodismo en Valladolid. Curiosa por naturaleza y viajante por devoción.

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