Revista Cine
‘Una pistola en cada mano’, el toque de Cesc Gay
Publicado el 17 febrero 2013 por Cinemalights @CinemaLights“Señora, que estamos en un momento difícil de la vida”.
Es una de las frases que mejor define a Una pistola en cada mano, la nueva película del director catalán Cesc Gay. La frase la dice Eduard Fernández en la magistral escena inicial del film, la primera de un conjunto de pequeñas historias, momentos y secuencias que tienen a los hombres y a “sus problemas” como principales protagonistas. Podríamos llamarlo la crisis de los cuarenta, la “pitopausia” o, simplemente, la vida. Sea como sea, el director y guionista de Krámpack, En la ciudad, Ficció y V.O.S. nos regala en esta ocasión su western particular, donde el estereotipo de masculinidad defendido por Clint Eastwood y John Wayne se reduce a la figura del hombre cotidiano, trabajado desde la emoción y con cierto encanto para referirse a su patetismo y sobriedad. Eso sí, no deja de ser una película, una ficción, y como tal, siempre puede tener sus diferencias con la realidad, ¿o quizás no?
Dos grandes amigos que se encuentran por casualidad después de diez años sin verse, un hombre que decide superar cualquier tipo orgullo y su sentido del ridículo para pedirle a su ex mujer que vuelva con él, dos amigos que tienen que enterarse de lo que le pasa al otro a través de sus respectivas parejas... Son algunos de los personajes de esta Una pistola en cada mano, la comedia indieespañola del año, por así decirlo, y todos tienen un mismo punto de contacto: el particular sentido del humor con que Gay une cada una de sus historias. Es un estilo de comedia muy natural y próximo, que toma como base situaciones dramáticas y las transforma en un ejercicio de ironía y risa altamente recomendable. Es, en palabras de Clara Segura, “el toque Cesc Gay”.
Como todos los anteriores trabajos del director, además, este film tiene la virtud de tratar todas las historias desde la máxima cotidianidad, haciendo creíbles e identificables cada una de las situaciones y personajes que presenta. Con todo, ni “el toque Cesc Gay” ni la credibilidad de las escenas que éste rueda serían posibles sin el espectacular plantel de actores que ha reunido para esta película. Eduard Fernández, Leonardo Sbaraglia, Javier Cámara, Clara Segura, Luis Tosar, Ricardo Darín, Eduardo Noriega, Candela Peña, Alberto San Juan, Leonor Watling, Jordi Mollà y Cayetana Guillén Cuervo. Todos ellos, en especial los cuatro primeros, brindan unas cortas pero vibrantes interpretaciones, y con la dificultad añadida de crear unos personajes que, con sólo una escena, tienen que hacer real toda una vida y el contexto que lo ha llevado a ese momento, a esa situación que nos narra la película —genial la aparición de Sbaraglia en el ascensor, así como la fuerza de un pasado de amor y respeto que aún se aprecia en la relación de Cámara con Segura—.
Una pistola en cada mano, pues, se erige como una de las mejores cintas que el cine español nos ha brindado este año. Cómica en la forma y dramática en el tema, el nuevo film de Cesc Gay funcionará a modo de catarsis personal para algunos y de entretenimiento reflexivo para otros. La cuestión es que funciona, sorprende, divierte y encanta. Aquí no importa si tienes 40 años, 20 o 60 ni si eres hombre o mujer, sino que estás delante de unos diálogos, interpretaciones y montaje que te mantienen clavado a la butaca durante los 95 minutos que dura la cinta.
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