Han pasado ya un par de meses desde mi última entrada, y aprovechando el lanzamiento de nuestro segundo libro siento la necesidad de retomar esta conversación silenciosa, aunque esencial.
El proceso creativo que hemos llevado a cabo con José Miguel y que hay detrás de «Planifica tu éxito con una mente extendida» me ha dejado claro que la búsqueda de la efectividad personal no es solo una meta, es una filosofía vital que continuamente redescubro.
Mientras tanto, sigo experimentando algo fascinante: cada vez que hablamos sobre efectividad personal, surge la misma resistencia inicial, y lejos de minorarse va en aumento. Las personas, organizaciones incluidas, siguen buscando atajos inmediatos, soluciones fáciles que prometen resultados rápidos sin esfuerzo (¡y solo nos faltaba la IA!). Pero cada vez estoy más convencido de que la verdadera transformación personal y profesional no ocurre en el corto plazo, ni mediante fórmulas mágicas. Requiere tiempo, dedicación y, sobre todo, honestidad contigo mismo.
En estos últimos meses, me he dedicado a observar lo que para muchas personas significa realmente «planificar el éxito». Me he dado cuenta de que muchos todavía asocian éxito con listas infinitas de objetivos cumplidos o con días llenos de tareas completadas. Pero esa es una visión incompleta. El éxito real, el sostenible, pasa por alcanzar un estado de claridad mental que permita distinguir lo verdaderamente esencial de lo meramente accesorio.
Al profundizar en esta observación, me he encontrado con varios tópicos muy arraigados sobre la planificación: la idea extendida de que planificar significa controlar absolutamente todo lo que va a ocurrir, que es solo cuestión de poner fechas en calendarios o hacer listas interminables. Muchos creen, además, que una buena planificación garantiza eliminar por completo la incertidumbre, cuando en realidad lo que necesitamos es saber gestionar con serenidad precisamente la incertidumbre.
Nuestra propuesta en «Planifica tu éxito con una mente extendida» rompe con estos esquemas. Estamos convencidos de que no se trata de rigidez, sino de flexibilidad estratégica, de adaptabilidad y consciencia plena en cada paso. Somos conscientes de que esta visión desafía las prácticas convencionales, pero precisamente eso es lo que buscamos: sacudir estructuras que no funcionan, aunque sean populares.
Somos pequeños delante de una industria que valora más las soluciones rápidas que las verdaderas transformaciones, pero nos motiva pensar que podemos marcar la diferencia para quienes estén preparados para un cambio real.
Termino esta reflexión con una pregunta para ti, que has llegado hasta aquí: ¿qué tópicos sobre planificación estás dispuesto a cuestionar para avanzar realmente hacia la efectividad personal? Espero leerte, porque aunque esta conversación parezca silenciosa, es profundamente valiosa para mí.
La entrada Una planificación diferente para una efectividad sostenible se publicó primero en Efectivitat.
