Revista Cultura y Ocio

Una postal de 1939. Marcella Dischkl

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Una postal de 1939. Marcella Dischkl
     "Por regla general, en todas las clases, entre la masa amorfa de los no suficientemente identificados, hay un listo y uno que hace reír. Nosotros estábamos bien surtidos de ambas especialidades. Listos había más de uno, tanto entre las chicas como entre los chicos; y también los que hacían reír se esparcían en gran número aquí y allá con arreglo a la ley de la compensación.
     El campeón de estos últimos (de los primeros no hablo porque en general son más bien aburridos), el campeón absoluto y sin competencia posible, era Bertoli Armani."
     De un tiempo a esta parte siento una clara predilección por los libros de esta editorial. Sus títulos y portadas me resultan atractivos y me cuesta visitar una librería sin salir con uno debajo del brazo. Hoy traigo a mi estantería virtual Una postal de 1939.
     En este caso es la propia autora del libro la que recuerda sus tres últimos años en el Liceo Dante de Florencia. A través de sus recuerdos veremos como eran las relaciones en esta difícil época, el crecimiento hacia la vida adulta, los abusos de poder de profesores a alumnos y como un suceso supuso un punto de inflexión en la vida de esta mujer.
     Que no nos engañe el tono frívolo que abre esta historia de iniciación a la vida adulta. Poco a poco, sin que nos demos cuenta, perderá el humor para mostrarnos un retrato perfectamente nítido de la adolescencia de finales de los años 30 en Italia. Comportamientos, costumbres y la influencia del momento político que vivían quedan relatados en este puñado de páginas con la nitidez de una instantánea. Y así poco a poco vamos conociendo los sentimientos de la adolescente que madura, que se desdobla entre el niño y el adulto y percibe las injusticias de uno y otro lado. Conocemos la sensación de querer desafiar y que el miedo la paralice, de la grandeza del primer amor y como la madurez se va abriendo paso poco a poco para ir formándonos el carácter. Conocemos al tirano que hace que la joven se sienta esclava y muda y como la sangre le pide levantar la mirada cada vez un poco más, y apoyamos este sentimiento como si fuera propio recordando nuestras propias luchas de hace ya mil años.
     De este modo acompañamos a Marcela preguntándonos que sucederá, cuál es ese percance que le supuso un cambio tan radical en su vida y si realmente fue tan importante o si se trata de uno de esos detalles insignificantes que provocan que se mueva el mundo. Y ahí es el punto en el que cobra importancia el título, y también los detalles. Como una gota que hace rebosar un vaso casi lleno.
     En conjunto me ha gustado esta historia en la que nos hablan de crecimiento y en la que pocos sucesos de vital importancia nos relatan. Como bien dice la propia autora, cualquier cosa que sintiera como vital iba a quedar eclipsada poco después con las preocupaciones de la guerra. Pero esa es otra historia, que no sucedió motivada por ninguna postal.
     Toda una sorpresa. Un libro más que recomendable. Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias

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