Revista Deportes

Una regia sorpresa (iv)

Publicado el 03 octubre 2012 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

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POR ENRIQUE VIDAL

4º).- 1914 – SURGE UN NUEVO BETIS

Empecemos por las fuentes históricas más tradicionales para comprobar el relato de la fundación del Betis Football Club:

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MEDIO SIGLO DE FÚTBOL SEVILLANO, César del Arco (1958)

Del Arco sitúa como fecha de la fundación el año 1909 y entre el grupo de promotores, en esa misma fecha, alude expresamente a los hermanos Borbolla. A destacar la escasa veracidad (“sea cual fuere la verdad …”) que el autor otorga a las versiones acerca de que los fundadores del Betis F.C. en 1909 eran miembros escindidos del Sevilla F.C.

Una segunda versión de obligada referencia es la que figura en la página web oficial del Real Betis Balompié:

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www.realbetisbalompie.es

Este texto coincide con la versión de Del Arco al afirmar que el Betis Foot-ball Club nació en 1909 en virtud de una escisión en el Sevilla F.C., precisando que fue encabezada por Eladio García de la Borbolla. De acuerdo con ambas fuentes, habría que entender que los hermanos Eladio, Francisco y Rafael García de la Borbolla dejaron de ser socios sevillistas en 1909, debido a su huida para fundar el Betis Football Club. Ciertamente, la web oficial plantea una ligera duda sobre el año de la fundación, quizás 1910, pero dejándola abierta. De lo que no se duda en la web oficial, aunque el dato se impute a “relatos orales”, es que el origen del club bético estuvo motivado por una escisión sevillista en 1909. Posteriormente, se dice sin embargo que este Betis F.C. se disolvió en 1913, por lo que habría que dar a dicha entidad por extinguida legalmente ese año. Siendo ello así, y dado que el Sevilla Balompié se fusionó en 1914 con un Betis F.C. recién coronado como Real Sociedad, habría que colegir que el Betis absorbido por el Balompié no era el Betis fundado en 1909 por la familia Borbolla a causa de una escisión del Sevilla, sino uno nuevo.

Para tratar de arrojar algo de luz sobre la cuestión, acudimos directamente a la fuente de la familia Borbolla, que nos proporciona una tercera versión del nacimiento bético. En 2007, Leonardo Rodríguez de la Borbolla explicaba así el surgimiento del club según ha sido transmitido de generación en generación en su casa:

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ABC 4 de junio de 2007

De acuerdo con lo expuesto, según la propia familia Borbolla: (I) el Betis F.C. nace oficialmente en 1909; (II) el Betis F.C. nace por iniciativa de la familia Borbolla, en el domicilio de Rafael García de la Borbolla y Rodríguez de la Borbolla, padre de Eladio; (III) Eladio y Francisco de Asís García de la Borbolla, su padre Rafael García de la Borbolla y Rodríguez de la Borbolla, su tío Pedro Rodríguez de la Borbolla y Amoscótegui y sus primos Antonio, Pedro y Ramón Rodríguez de la Borbolla y Serrano, junto a otros, eran socios del Sevilla F.C. y decidieron escindirse del club blanco; (IV) la escisión del Sevilla F.C. no se sitúa expresamente en 1909, aunque sí de forma indirecta al proporcionarse el dato de que su nacimiento oficial se produjo en la casa familiar de uno de ellos. Se añade también que en el momento de la escisión, Eladio García de la Borbolla era miembro de la junta directiva sevillista presidida por Francisco Javier Alba, e incluso se ilustra el suceso con una anécdota personal entre ambos. Este dato será importante.

Los más recientes estudios sobre el tema, basados en documentos y fuentes periodísticas comprobables, desmienten estas tres versiones. Efectivamente, a finales de 1909 o principios de 1910 se produjo una escisión en un club sevillano de la cual nacería el Betis Football Club, pero no fue en el seno del Sevilla F.C. sino en el de la Sociedad Sevilla Balompié. El cisma se produjo tras el desencuentro surgido entre dos facciones del club con ocasión del campeonato oficioso de Andalucía organizado como anfitrión por el Recreativo de Huelva y disputado en enero de 1910, a causa de la marginación sufrida por los hermanos Antonio y Manuel Gutiérrez Fernández, de procedencia onubense, que no formaron parte de la expedición balompédica elegida en diciembre de 1909 para aquellos trascendentales partidos que se disputaban precisamente en su provincia natal. Ello provocaría la marcha de determinados miembros del club balompédico (a ninguno de los cuales se le conocía pasado en el Sevilla F.C.), y el nacimiento de una nueva entidad (pese a que no llegó a registrarse nunca), en la que se integraron los elementos descontentos de aquélla, y otros nuevos, a la que bautizaron con el nombre de Betis Football Club. No dejaba de ser significativo de su malestar e incluso un cierto guiño a los sevillistas la renuncia de los escindidos al término “balompié”, y la recuperación de la denominación netamente británica “football club”. Para mayor detalle sobre este episodio, pueden consultarse la obra “Primeros pasos del Fútbol Sevillano” y el artículo “Los orígenes onubenses del Real Betis Balompié”, publicado en ABC de Sevilla el 14 de abril de 2011, ambos del investigador Juan Castro Prieto, quien fue el primero en descubrir y sacar a la luz estos hechos, hoy pacíficamente aceptados por la generalidad de historiadores de la ciudad.

Contrastando todos los datos aportados y las distintas versiones del asunto, hay varios puntos seguros:

-En 1909 se fundó un Betis F.C. pero no a instancias de la familia Borbolla, sino de los hermanos Gutiérrez.

-Los fundadores de este Betis F.C. no procedían del Sevilla F.C. sino de una escisión del Sevilla Balompié.

-Eladio García de la Borbolla y Francisco García de la Borbolla seguían siendo socios del Sevilla F.C. en 1909 y en años posteriores. El propio título de socio sevillista del segundo, conservado en el archivo familiar de los Borbolla, está datado en 1911. Por lo tanto, es imposible que una escisión del Sevilla FC hacia el Betis FC capitaneada por los Borbolla tuviera lugar en 1909, como también lo es que ellos fundaran el Betis F.C. de 1909.

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Título de Socio sevillista de Francisco García de la Borbolla fechado en 1911

-Podría surgir la duda, nunca planteada por fuentes verdiblancas, de que la escisión sevillista a iniciativa de los Borbolla tuviera lugar en febrero de 1912, según vimos en la segunda entrega de este trabajo. No obstante, el grueso de estos escindidos retornó al Sevilla F.C. un año más tarde. Además, la propia versión de la familia Borbolla lo descartaría, puesto que se afirma que el Presidente del Sevilla al momento de la escisión era Paco Alba, y éste no ocuparía tal cargo ni en 1909 ni en 1912. Alba no fue presidente del Sevilla F.C. hasta junio de 1914.

El distanciamiento entre los fundadores del Betis FC de 1909 con los socios del Sevilla Balompié hará que la aparición del Betis sea acogida con agrado por el Sevilla Football Club, algo lógico y comprensible pues el decano veía en dicha división un debilitamiento deportivo y social del Sevilla Balompié, su verdadero rival, amén de la posibilidad más cercana de atraerse a unos jugadores valiosos que difícilmente podrían integrarse en la disciplina sevillista directamente desde el Balompié. Las idiosincrasias enfrentadas de los dos primeros clubes sevillanos, cada uno de ellos con su propio e individualizador ideario, presagiaba el fracaso de cualquier intento anexionista, pero con el Betis en liza, el panorama era distinto y así sucedió tanto en 1911 como en 1913. Este apoyo alcanzaría incluso ciertos visos de protección o mecenazgo por parte del club sevillista hacia el Betis Football Club, de lo cual pueden considerarse rastros más o menos evidentes la utilización de los mismos colores blancos como equipación o la constante alineación de jugadores sevillistas reforzando a los béticos para enfrentarse al Balompié.

Juan Castro Prieto, en su obra “Orígenes del fútbol sevillano. La olvidada memoria británica”, nos dice que “… hacia el verano de 1913 el Betis Foot-ball Club, prácticamente había desaparecido de la escena deportiva sevillana. La mayoría de sus jugadores abandonan sus filas para ingresar en distintos equipos; Domínguez, Otero, Liñana, Amorós, etc., juegan con el Sevilla F.C. Los Hnos. Manuel y Antonio Gutiérrez lo hacen en el Andalucía, José Gutiérrez estaba nuevamente integrado en el Balompié; Miguel Folgado, estaba por entonces más preocupado por el ciclismo que por el fútbol. Efectivamente el equipo ni siquiera puede participar en el campeonato de Sevilla de 1914, que se celebró a comienzo de año. La integración en el Sevilla Football Club había provocado la desaparición del simpático Club bético.”

Pudo tratarse, añadimos nosotros, de una desaparición legal plena, pues en El Liberal del 25 de marzo de 1914 se da la siguiente noticia:

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A priori la reseña hay que tomarla con cierta prudencia, tanto por el lugar que se indica como establecimiento, como por no decir Betis Football Club, pues se omite el término “foot-ball”, pero en los días posteriores las noticias de este equipo, crónicas de partidos, etc. seguirán apareciendo con dicha denominación.

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Y en cuanto al lugar de establecimiento (que el suelto periodístico no identifica como “domicilio social” o “secretaría” del Club), la Venta de Eritaña, seguro que no les resultará extraño a los buenos conocedores de la historia del club heliopolitano. Anexa al Huerto de la Mariana, campo de fortuna en esos tiempos heroicos. Enclave, además, muy cercano a propiedades de los Borbolla, donde se erigiría desde la reordenación urbanística para la Exposición, la residencia de Pedro Rodríguez de la Borbolla, "Villa Ramona". Lo más sabroso sin embargo no es esto, sino que dicho lugar coincide con lo que fuentes verdiblancas han identificado como Secretaría del ¡¡Sevilla Balompié!!. Quédense con este dato, que no es baladí ni responde a una simple casualidad.

La noticia de El Liberal aparece tan sólo unos días después de que el 21 de marzo de 1914, en El Noticiero Sevillano, se hiciera pública la reorganización del Betis F.C., por lo que encajaría temporalmente a la perfección. La referencia al balompédico José Gutiérrez como árbitro del partido en Olivares reduce aún más las posibles dudas.

Anoche se reunieron en Junta General los individuos que habían pertenecido a la antigua sociedad “Betis Football Club” habiendo acordado reorganizar el club y al mismo tiempo nombrar la junta directiva en la forma siguiente:

Presidente: D. Guillermo Comesaña Arahal.

Vicepresidente: D. Alfonso Casellas.

Secretario: D. Eladio García de la Borbolla.

Tesorero: D. Manuel Domínguez.

Vocales: D. Miguel Folgado.

D. Francisco Díaz.

D. Diego Otero.

D. Antonio Amorós.

Capitán primer equipo Antonio Gutiérrez Fernández.

Está sociedad, siguiendo la costumbre de años anteriores, piensa organizar varios equipos, entre ellos uno infantil.

Los individuos que deseen ingresar como socio en la referida sociedad pueden dirigirse al domicilio social en Castellar, 42.”

EL NOTICIERO SEVILLANO, 21 de marzo de 1914

Insistimos en la prudencia necesaria, pero dando por buena la cita (dos sociedades con idéntico nombre principal y actividades, constituidas simultáneamente y en la misma ciudad parece demasiada coincidencia), si se habla de “acta de la primera sesión” y de una “nueva sociedad” que presenta su Reglamento en el Gobierno Civil, no habría más remedio que entender, confirmando lo que ya se sabía, que surge un Betis completamente nuevo, al menos desde el punto de vista jurídico-formal, en 1914, y lo más llamativo: probablemente, desde su mismo origen, apadrinado en la sombra por el Sevilla Balompié.

Lo más curioso es que esta realidad ya figuraba consignada en el libro más antiguo que existe sobre historia del fútbol sevillano, y que no es otro que el “Historial del Sevilla C. de F.” escrito por Arturo Otero en 1941. Amén de ser la primera biografía del club sevillista, esta obra es también por extensión el primer tratado sobre la historia del fútbol local, aunque evidentemente no se detenga demasiado en aspectos ajenos al Sevilla F.C., al que estaba dedicado. Arturo Otero, testigo directo de los tiempos primitivos, ya nos decía en su libro:

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HISTORIAL DEL SEVILLA C. DE F., Arturo Otero (1941)

Otero señala claramente que el Betis “que se fusionó con el Balompié” (la precisión es suya) se creó “poco más tarde” que el Español. No señala fecha concreta, ni hace falta que lo haga, toda vez que sitúa perfectamente en el tiempo la aparición de ese equipo bético que fue casi inmediatamente absorbido por el Sevilla Balompié. Nos dice que el Betis surge más tarde que el Español de Sevilla, club que fue fundado en febrero de 1913 y cuyo primer partido lo disputa en marzo de ese mismo año. Recordamos que Otero, Arturo, era hermano de Diego Otero, “Niño Vega”, Vocal en la primera directiva de este Betis recién nacido, y por lo tanto conocía al dedillo las entrañas de lo acontecido. Como vemos, una vez más, un dato importante que pasaba desapercibido vuelve a cobrar sentido al hilo de las nuevas investigaciones, confirmando lo atinado de las mismas a través de una pieza que siempre había estado ahí.

Habíamos dejado en el aire al final de la anterior entrega una pregunta ¿cuál sería el verdadero móvil de la refundación de este club? Teniendo en cuenta la fecha de su nacimiento oficial (finales de marzo de 1914) y la fecha de la primera noticia pública sobre lo bien encaminada que estaba la obtención del título real por un club sevillano (casi dos meses antes, el 1 de febrero de 1914), parece claro que ese móvil era y fue la Corona. Un móvil perfectamente lícito, pero sin una pizca de ese romanticismo con que algunos han querido revestir el nacimiento bético.

Parafraseando al historiador Manuel Carmona, estamos de acuerdo con él en que, efectivamente, fue una razón de “prestancia social” la que propició la escisión de socios del Sevilla F.C. para reorganizarse y fundar el nuevo Betis. Pero quienes aspiraban a esa mayor “prestancia”, a ese prestigio social, no eran los socios ni directivos del Sevilla F.C. por (supuestamente) negarse a fichar a un obrero, sino quienes se escindieron del Club porque aspiraban a disfrutar de un título de real que no tenía precisamente al Sevilla F.C como destinatario.

Así pues, se creó ad hoc un nuevo Betis en 1914 por el prurito de adornarse con una Corona real. Todo apunta a que los Borbolla abandonaron el Sevilla F.C. no en 1909 sino en 1914, y que lo hicieron porque querían disfrutar para sí ese título de real que se estaba cocinando, a sabiendas de que en el Sevilla no recaería. Algunos de los socios escindidos del Sevilla F.C. para reorganizar este nuevo Betis retornarían luego al redil sevillista, su trabajo le costó a Paco Alba. Pero los Borbolla no. Los Borbolla se aferraron a la Corona, y muy pronto verían colmados sus deseos con presidencias y cargos dirigentes en cierto club que no sería precisamente este Betis F.C. (que también), sino aquél que asomaba con fuerza detrás de la concesión de dicha distinción. Tanto como que quizás ese Betis fue parido en su propia casa, la del Sevilla Balompié.

(Continuará….)


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