Revista Opinión
Comentando mi post, “Llamamiento”, del Domingo 13 de febrero de 2011, de las 16 ‘38 horas el anónimo siguiente escribía: "Anónimo dijo...Yo creo que vivimos en una gran trampa. Existe un reduccionismo interesado de la dialéctica política que, según mi modesto punto de vista, no se corresponde con la realidad social. Es evidente que ese reduccionismo es interesado, es practicado por los medios y por los propios grandes partidos. Estos partidos y la visión social que se ofrece de ellos es de auténticos círculos secantes, donde hay un ámbito o espacio común a ambos. Quienes tenemos una visión más radical (cuando hablo de radical me refiero a la forma de ver y afrontar los problemas en su raíz, en su origen) de la sociedad y de la estructura económica vemos como ese espacio común es de grandes dimensiones, de gran acuerdo en lo esencial que es la política económica, porque los dos son tributarios del mismo ideario liberal, aunque uno de ellos tuviera un origen distinto y más radical. Desde el ámbito de los media aparecen como dos partidos muy distintos; sin embargo, se ofrece también la visión de un espacio compartido en el que dos partidos que se presentan tan distintos por los medios están de acuerdo en algo esencial y sagrado, que es la economía y las relaciones de producción. Se transfiere así una visión al ciudadano, a los trabajadores, de que el sentido común es estar de acuerdo en algo tan esencial como el hecho de que sólo hay que concebir una forma de producción bajo los postulados de la economía liberal o neoliberal, en las nuevas viejas concepciones doctrinales del liberalismo, reformuladas, refalseadas, rehabilitadas retorciendo conceptos y dándoles un sentido opuesto a su significado propio, como es la palabra libertad. Y es que el primer ataque siempre viene por el lenguaje, y en eso, el liberalismo es más potente a la hora de implantar una ideología hegemónica; fundamentalmente, porque posee los medios y el poder necesario para ello. La perversión que el lenguaje ha sufrido de manos de la derecha (incluida la socialdemocracia actual) ha sido analizada por muchos autores, entre otros, por el lingüista Noam Chomsky, por lo que no voy a decir más acerca de ello. Pues bien, toda esta labor de adoctrinamiento con destrucción de los valores de la izquierda, que ha contribuido a socabar la socialdemocracia y los sindicatos infiltrados de agentes, conscientes o inconscientes, de las doctrinas liberales, y que son los que más han aceptado la visión de la derecha y traicionado con hechos a las clases populares han contribuido fuertemente a dar esa sensación de final de la historia de los movimientos sociales, de aceptación del liberalismo y el libre mercado como único dogma, como única posibilidad de construir una sociedad. Ese pensamiento único transferido al sentido común popular por mor de los hechos y la aceptación de los principales partidos de izquierda (PSOE e IU en España)y movimientos sindicales pesa como una losa. (fine de la primera parte)13 de febrero de 2011 22:15 Anónimo dijo...Ahora bien, que socialmente existe un movimiento más a la izquierda que el que actualmente ocupan los partidos tradionales con representación parlamentaria, es un hecho incontestable que ha adquirido carta de naturaleza en Europa (que es fundamentalmente al ámbito sociocultural al que dirijo mi reflexión), como así lo atestigua lo ocurrido en Grecia, Italia, Francia y Gran Bretaña, donde ha habido brotes, de mayor y menor importancia, de disturbios y revueltas sociales reivindicativas, lo que es muy importante, porque supone una base de partida y una esperanza de lucha por un futuro mejor. Como en el caso egipcio, decía, "todo dependerá de quien sea capaz de recoger la antorcha del descontento popular"... Es evidente que el planteamiento que tiene que hacerse esa izquierda radical, comunista, marxista-leninista es, tiene que ser, de alianza con sectores del anarquismo (que actualmente son los que, quizá, más vienen movilizándose en la calle), asociacionismo vecinal y con los sindicatos de clase alternativos a los oficiales (UGT, CCOO), o bien, fundar otros, que permitan una labor antisistema dentro de los centros de trabajo.Soy consciente de la dificultad de este amplio abanico, fundamentalmente, del anarquismo, por su fuerte diletancia que le hace no reconocer la cientificidad de determinados hechos sociales y de la disciplina de lucha, que no se circunscribe únicamente a la calle, algo que los anarquistas suelen confundir; hay que hacer también mucha labor pedagógica y no actuar a veces como elementos que coinciden en la crítica pro-sistema contra los partidos y sindicatos de clase. Y esto lo digo desde el punto de vista de quien no milita en ningún partido, si bien está fuertemente concienciado con la lucha de clases.Espero haber aportado algo, porque yo lo que veo es que nos falta algo que recoja y encauce el descontento y la amargura que estamos viviendo en estos tiempos. Por una parte creo que estamos viviendo una de las épocas más cruciales desde la Segunda Guerra Mundial, sino la más, y por otra, creo que estamos dejando pasar una oportunidad importante de hacer algo por falta de organización de los movimientos populares. Esto último me genera cierta amargura.Salud13 de febrero de 2011 22:40".A lo que yo contestaba: JOSE LOPEZ PALAZON dijo...Anónimo de las 22' 40:Magistral exposición de la situación de las ideologías políticas en el mundo de hoy, que te agradezco mucho que hayas realizado en este blog, que se enriquece notablemente con él.Estoy totalmente de acuerdo con lo que has expuesto, no alteraría siquiera la situación de una coma.Y pienso como tú que el problema central al que nos enfrentamos es de comunicación, de entendimiento, de diálogo y buena predisposición para aunar esfuerzos y trabajos que no se deben posponer si no queremos que la oportunidad de luchar contra este sutnami neoliberalista que nos invade lo arrolle todo para siempre.A fuer de sincero, he de confesarte el profundo pesimismo que siento ante una situación en la que todos los días constato el insoportable desinterés de los españoles por esa problemática que tu nos has planteado con tanta claridad, aquí, la labor de desideologización de los medios de comunicación capitalistas está teniendo pleno éxito y no veo cómo podemos combatirla sin unos medios antagónicos suficientes. En fin, no quiero concluir con este desánimo que se trasluce en mi respuesta.A propòsito, supongo que no te desagradaría que llevase tu intervención a la página principal a fin de que tuviera mayor difusión ya que no todos los que pasan por aquí leen todos los comentarios.Salud,13 de febrero de 2011 23:13A lo que él replicaba, a su vez: "Anónimo dijo...Eutiquio; casi preferiría que llevaras esta del Prof. Vincenç Navarro, que me parece más ilustrativa por fuerza del análisis de la numerología de los datos. Algo que hay que agradecer a esta intelligentsia sobre la que hemos de cimentar la base de la lucha revolucionaria en su versión pedagógica.http://www.vnavarro.org/wp-content/uploads/2011/02/es-el-gobierno-zapatero-socialdemacrata.pdfSalud a todos.13 de febrero de 2011 23:37".