Una selección con acento catalán

Sí, Messi es el mejor jugador de fútbol del mundo de la actualidad. Sus 4 goles frente al Arsenal inglés terminó de enamorar a todos. Gambeta, definición y gol: ese es su repertorio. De zurda; de derecha; por arriba; por abajo; de lejos; de cerca. Sólo le falta patear de arco a arco y embocarla en un ángulo. La verdad, increíble. Messi es el jugador que más ilusiones despierta para el mundial de fútbol de Sudáfrica. Pero claro, la selección Argentina dista mucho de ser lo que es Barcelona. ¿Se podrá armar un equipo para que la pulga se sienta igual de cómodo que en su club? Toda una proeza para el cuerpo técnico.
En primer lugar habría que trocar el esquema táctico. Del 4-4-2 que se vio en los últimos partidos de Argentina debería pasarse a un 4-4-3. Más allá de números, lo que realmente beneficiaría a Messi es el posicionamiento de sus compañeros.
Afortunadamente, el Barça juega con cuatro defensores atrás con la particularidad que los laterales suben y atacan permanentemente. El hecho de contar con Daniel Alves por la derecha y a Eric Abidal por izquierda le otorga al azulgrana una dinámica diferente a equipos como el seleccionado argentino que pide a gritos dos laterales con proyección al mejor estílo Ibarra o Clemente Rodriguez, por citar algunos nombres.
Al mediocampo, Guardiola lo nutre de la siguiente manera: un mediocampista de contención dedicado a la marca pero con buen manejo de balón como es Keita o Yaya Touré. Además, incluye a Xavi y a Busquets o Iniesta que están encargados de generar el juego en el equipo. Trazando un pararelelo con la materia prima nacional, tenemos a Mascherano afianzado en el puesto, titular indiscutido del equipo como cinco de marca. El problema surge a la hora de crear el fútbol. Messi dejó sentado que el define en los últimos 20 o 10 metros, más atrás le cuesta. Aparece Juan Sebastián Verón como líder del armado del juego. Su trayectoria y su excelente calidad a la hora del manejo del esférico hace que, a priori, no tenga inconvenientes en jugar tal como Xavi o Iniesta. Ángel Di María, por su habilidad, control y buenos regates y jugando del centro hacia la izquierda podría ocupar la vacante de tercer mediocampista.
El problema mayor del seleccionado de Maradona: el ataque. Paradójicamente, el equipo nacional cuenta con grandes figuras que poco rindieron en las Eliminatorias 2008-2009. Por su parte, el equipo catalán juega con tres delanteros: Messi, Henry y Ibrahimovic son los habituales titulares; también lo hacen Pedro y Bojan. Argentina tiene, además del rosarino, a Tevez e Higuain, ambos con un gran presente en sus respectivos equipos. También, pelean por un lugar Milito, Agüero, Palermo y Lavezzi.
¿Existe la posibilidad de jugar tal como lo hace Barcelona? Es decir, adueñándose de la posesión del balón y generándo un juego asociado a partir de los pies de sus mediocampistas más habilidosos. ¿Podrá imitar Maradona no sólo la disposición táctica sino la mentalidad de Guardiola a la hora de acomodar las piezas para que Messi sea quién solamente termina la jugada?
Las comparaciones son odiosas, pero sirven. Argentina tiene, a priori nombres que son la envidia de más de un cuerpo técnico. Al término de los torneos de los diferentes países, Maradona contará con aproximadamente 30 días para formar el equipo. No sólo para distribuir posiciones y obligaciones dentro del césped sino también para inculcar una idea de juego. Seguramente, él ya tendrá una o está trabajando en ella. ¿Serán Tevez e Higuaín la dupla que Messi necesite para jugar como lo hace en Barcelona? El tiempo y la desición del DT serán claves para saber si Argentina puede imitar el vistoso juego del Barça o proponer otra idea de juego, con Messi incluído, para lograr el sueño de todos.