Laurent (Vincent Cassel) y Antoine (François Cluzet) son dos
cuaretones que pasan unas vacaciones en la casa familiar del segundo en
Córcega, llevándose a sus respectivas hijas Marie (Alice Isaaz) y Louna
(Lola le Lann) que rondan los dieciocho. Lo que parecían unos días de
descanso se convierte en una situación mucho más complicada cuando Louna
se enamora del amigo de su padre.
El parisino Jean-François
Richet, que fuese responsable de la reciente versión “Asalto al Distrito
13” y parece estar más cómodo en el género de acción, afronta esta
incursión en la comedia que resulta cuando menos sorprendente. Sin
embargo logra sacar un divertido producto contando con unas
localizaciones y un grupo de actores muy reducido, donde son básicamente
las interpretaciones las que permiten dar vida a una idea tan sencilla.
Contando con dos estrellas del cine francés y con dos jóvenes actrices
emergentes, una de ellas incluso debutante, logra unas situaciones que
no solo sostienen la película sino que son su gran fuerte. Aquí lo
importante no es la narración y el trabajo en el ámbito visual, sino la
libertad de los intérpretes para llevar a sus personajes hasta donde
ellos quieran. Destaca especialmente Vincent Cassel, quien ya trabajase
con este realizador en las dos entregas que adaptaron la vida del
criminal Mesrine inéditas a día de hoy en nuestro país, su personaje
tiene mucho en común con lo que es su vida actual, desde la edad hasta
el hecho de estar divorciado y con hijos, como ese aspecto de que se le
considere como uno de los hombres maduros pero atractivos del cine
europeo.
El concepto de base de “Una semana en Córcega” coincide
claramente con esa idea de la Lolita que hiciese mundialmente famoso el
escritor Vladimir Nabokov, donde una adolescente que ni siquiera ha
alcanzado la mayoría de edad intenta seducir a un hombre adulto que
podría ser su padre. En este caso además ambos personajes que
interpretan a los padres de la chicas tienen la misma edad y son los
mejores amigos desde hace muchos años, encontrándose uno divorciado
mientras que el otro pasa por el peor momento de su matrimonio y la
resolución se presenta incierta. Las hijas están en esa edad de salir a
todas horas y apenas pasan tiempo en casa durante las vacaciones, hasta
que aparece ese interés amoroso y todo se descabala mientras unos son
conscientes de lo que pasa y otros parecen estar ciegos ante cosas muy
descaradas. La relación entre Louna y Marie se tensa cuando esta última
se da cuenta de lo que está sucediendo y tras echárselo en cara a ambos
implicados estos intentan escurrir el bulto. Mi puntuación: 6,5 sobre
10. “Una semana en Córcega” se estrena en los cines españoles el día 11
de septiembre.
Crítica de Sergio Cardete.