En Una semana en la nieve el autor presenta, desde la perspectiva de un niño de ocho años, un viaje que en las escuelas francesas se conoce como “la semana blanca” en la que los cursos viajan a la nieve y aprenden a esquiar. En este marco Nicolás, el protagonista, inicia este viaje con una experiencia poco grata dado que su padre decide llevarlo por su cuenta y no le permite viajar en el colectivo con el resto del grupo. Esta situación, sumada a los problemas de integración que Nicolás ya tenía con el resto del grupo (en parte responsabilidad de la sobre protección de sus padres) hacen de esta experiencia una verdadera odisea.
Relatado con la simpleza y honestidad brutal que caracteriza a un niño de esa edad, Carrère logra que el lector reviva vivencias de su propia infancia con pequeños detalles y descripciones precisas de los principales temores infantiles.
“Nicolás le agradeció en silencio que no le hubiera dejado como un niño mimado y llorón y, mientras recorría las mesas repartiendo las cucharas soperas meditó sobre el deseo que iba a formular. Pensó primero en pedir no hacerse pipí en la cama aquella noche, y luego no hacérselo durante toda su estancia allí. Después se dio cuenta de que ya puestos, podía pedir que todo fuera bien durante aquellos días. ¿Y por qué no pedir que todo fuera bien durante toda su estadía? ¿Por qué no formular el deseo de que todos sus deseos se vieran siempre cumplidos? (Pag. 25)
Sin embargo, la muerte de un niño en un pueblo cercano presenta un giro rotundo en la historia, la cual, sutilmente comienza a transformarse en una historia de terror intensificada por el blanco de la nieve que está presente en todo momento.
Helga Fourcade
- Una semana en la nieve
- Emmanuel Carrère
- Anagrama
- Año 2014
- 163 páginas
- ISBN 9788433979025