Una tarde triste…

Ayer la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente no pisó las calles de Córdoba. Resulta que la lluvia a primera hora de la tarde hizo que se retrasara su salida, luego fue definitivamente suspendida, con la excusa de no sé qué medidas de seguridad, por la instalación eléctrica de las carrozas.
Este nuevo equipo municipal ha fracasado en el primer evento importante que organiza, sin contar la Feria de la Fuensanta, pues en la cabalgata de Reyes participa toda la Ciudad. Y no entiendo esa decisión, pues fueron muchos los pueblos y ciudades que visitaron los Reyes Magos, incluso con lluvia, algo que además ha sucedido en Córdoba otros años sin que pasara nada, sin ningún problema. Ayer, por obra y gracia de Isabel Ambrosio y su equipo, mi hijo no pudo disfrutar de la cabalgata, posiblemente de su última cabalgata con la ilusión de un niño. Y eso duele. Y duele más cuando no comprendes esa decisión, porque no entiendes a qué seguridad se refieren. Pero bueno, ellos sabrán. Y no quiero pensar en influencias ideológicas en la decisión, pero a estas alturas ya no me extrañarían decisiones en ese sentido; solo digo que suerte que el Ayuntamiento no es el que decide si las hermandades procesionan en Semana Santa… Ayer fue una tarde de tristeza, pero la ilusión fue más fuerte y ganó. Porque la ilusión no se la podrán quitar a los niños, ni a los padres que disfrutamos con ellos, a la espera de la llegada de los Reyes Magos de Oriente, como siempre ha sido.