Revista Sociedad

Una tarjeta por Navidad

Publicado el 05 diciembre 2011 por Hogaradas @hogaradas

Por Hogaradas

Hace ya muchos aсos que el escribir tarjetas de Navidad, al menos creo que para una inmensa mayorнa, ha pasado a la historia. Los menajes vнa mail, a travйs de los mуviles y demбs adelantos tecnolуgicos han acabado con una de las tradiciones mбs bonitas de los dнas de la Navidad, precisamente la que abrнa el telуn para un escenario de rojos y verdes, turrones, dulces, amigos, familia y dнas en los que recordar el origen y el sentido de todas las celebraciones que llevaremos a cabo.
Cuando yo era una niсa mis Navidades comenzaban precisamente de ese modo, esperando impaciente las vacaciones escolares para, nada mбs comenzarlas, sentarme en la mesa de la cocina, con mis tarjetas delante, e ir una por una llenбndolas de palabras conteniendo los mejores de los deseos para todos mis amigos, da igual que estuvieran cerca o lejos, que los viera al dнa siguiente o no, era el ritual al que se sumarнa el sorteo de Navidad y dнas antes, muy pocos, mi cumpleaсos, otra de las alegrнas que me regalaba diciembre, para mн el mejor sin duda de todos los meses del aсo.
En mi йpoca universitaria seguн manteniendo la tradiciуn de las tarjetas navideсas; nos despedнamos al inicio de las vacaciones y mientras cada uno se encaminaba a su lugar de residencia a disfrutarlas con los suyos, todos tenнamos en mente esa felicitaciуn navideсa, escrita de puсo y letra, la que no faltarнa durante ninguno de esos aсos de estudiantes, y en la que siempre habнa algъn “guiсo” que destacar entre tantos y tan buenos deseos.
Mi trabajo me ha permitido mantener el ritual con mis clientes, a los que fielmente y aсo tras aсo les dedico unas palabras a travйs de una pequeсa tarjeta Navideсa que elijo cuidadosamente para cada uno de ellos. Algunos me han hecho partнcipes hace tiempo ya de su sorpresa al recibir aquella primera felicitaciуn, una de las escasнsimas que adornarбn algъn rincуn de su casa por estas fechas, ademбs, por supuesto, de su agradecimiento por la misma.
Recuerdo en particular la reacciуn, contada por su sobrino, de uno de ellos, un seсor de avanzada edad al que nunca lleguй a conocer personalmente, pero que recibiу mi tarjeta de Navidad como el mayor de los regalos, con la ilusiуn del niсo que recibe un juguete, con la de quien probablemente, rodeado de demasiada soledad, encontraba en ella un poco de compaснa.
Prometн a su sobrino seguir enviбndole mi tarjeta todos los aсos sin falta, y asн lo hice durante alguno mбs, menos de los que yo hubiera querido. Mientras le escribнa pensaba en aquel corazуn mбs contento de lo habitual que recogerнa ansioso mi tarjeta del buzуn para leerla y colocarla en algъn lugar en el que recordar que alguien, en este caso casi una autйntica desconocida, se acordaba de йl por Navidad.
Hoy, al igual que йl, todos los aсos, segъn se van acercando las fiestas espero ansiosa las tarjetas de Navidad que llegarбn a mi buzуn, contadas, pero suficientes para que el ritual continъe, y sigamos dedicando unos pocos minutos de nuestro tiempo a abrir cuidadosamente el sobre y disfrutar de su contenido, sabiendo que ha sido elegida especialmente para nosotros, y que mientras alguien la escribнa tambiйn йramos nosotros el objeto de sus pensamiento y de sus buenos deseos.
Hoy han sido mis clientes quienes han ocupado mi tiempo, pero pronto serбn mis amigos y familiares los que hagan que vuelva otra vez a sentarme para escribirles, decirles que estбn aquн, en mi corazуn, y desearles las mejores Navidades y todo lo bueno que pueda depararles la vida, ahora y siempre, y aсo tras aсo continuarй haciйndolo, como lo he hecho desde que era una niсa, con la misma alegrнa e ilusiуn de siempre, porque ningъn mensaje aun cuando posea el mismo contenido podrб reemplazar jamбs al placer de correr al buzуn y encontrarte con una hermosa tarjeta navideсa.


Volver a la Portada de Logo Paperblog