

Desde esta terraza llena de glamour, se pueden disfrutar de unas vistas espectaculares de Manhattan.
El reto de los diseñadores, fue crear un espacio agradable en medio del tráfico y el ruido de la gran ciudad. Lo más destacable es la perfecta conjunción de la madera con el granito, que circunda todo el perímetro de la terraza, y las impresionantes figuras que coronan la barandilla de la terraza, construida en ladrillo blanco.
La tarima realizada en espiga, está tratada para resistir la humedad, al igual que todo el mobiliario, aportando calidez al conjunto.
Parte de la terraza queda cubierta, con un cerramiento que permite aprovechar la terraza en todas las épocas del año.


Ante la imposibilidad de sembrar árboles en el suelo (evidentemente), se han utilizado unos macetones a juego con la decoración, para no prescindir de ellos en la terraza.
Se ha dejado una zona, en la que se han sembrado unas lavandas, para aromatizar esta terraza llena de glamour, en los calurosos días de verano. La zona se ha cubierto con corteza de árbol, para evitar las malas hierbas.
Esta terraza urbana, es envidiable, tanto por su situación, como por su diseño.
Fuente Brook Landscape
