Cuando para la temporada de 1850 al fin se encuentran, May debería ser ya considerada una solterona y Alexander habría de comenzar a pensar en casarse. Y sin embargo Alexander no parece proclive a hacer lo que de él se espera, buscar una debutante a la que tomar como esposa, ni la familia de May cree que su hija deba rendirse todavía.
Así que la primera temporada de Alexander va a coincidir con la última temporada de May. Y la relación llena de divertidas y afiladas riñas no se ha rebajado en absoluto. Al contrario: ha tomado un cariz sorprendente y la pasión que siempre ha habido entre ellos parece desbordarse y querer envolverlos.
Una emocionante novela en la que su autora, Ruth M. Lerga, nos deleita con la arrebatadora historia de amor entre dos de los vástagos de Julian y April (Cuando el amor despierta) y James y Judith (Cuando la pasión espera).
Opinión personal
Justo cuando acabé de leer el último libro de la trilogía de Los mosqueteros, «Cuando la pasión espera» me enteré de que Ruth M. Lerga publicaba con B de Books esta novela (solo disponible en formato electrónico) en la que nos cuenta la historia de May y Alex hijos de dos de estas parejas.
En el prólogo con el que arranca la novela, con los protagonistas de niños, ya se perfilan de una forma concisa los caracteres de estos dos personajes, tan distintos entre sí pero, al mismo tiempo, que comparten un alto grado de cabezonería. Vemos la relación que ya desde niños se ha cerrado de una forma muy estrecha y que perdurará a lo largo de su juventud, y a través de unas breves epístolas seguirán en contacto a pesar de que la vida los separará para que ambos puedan cumplir con las costumbres de la época.
May − doña “Tuya para tu fastidio”así firma ella sus cartas− es una joven de lo más inusual. Con veintiséis años sigue soltera, ya desde niña siempre ha querido ser escritora, llevar una vida independiente y, por supuesto, no casarse.Es una mujer compleja, parece una mujer muy segura pero está llena de inseguridades que no dejan de pasarle factura. Eso unido a un error de criterio que cometió en el pasado, son dos cosas que no la dejan avanzar y, sobre todo del último, siente que debe pagar las consecuencias. Es una mujer decidida y fuerte, con las ideas claras de lo que quiere, que para su suerte, cuenta con el beneplácito de sus padres, quienes por ahora le han dado mucha libertad. Aunque en mi opinión, su principal problema es que lo que cree que quiere no es lo que quiere en realidad y su continua testarudez parece más una forma de convencerse a sí misma que una constatación de sus deseos.Como algo bastante inusual, sus padres le han permitido realizar su propia Grand tour por tierras americanas y ahora, vuelve al hogar, a lidiar con su última temporada y alcanzar su sueño de no casarse y convertirse en una mujer capaz de valerse por sí misma sin tener que rendir cuentas a nadie.
Alex – don “nunca tuyo para tus lamentos“, frase con la que cierra su correspondencia con May− es un protagonista al que le coges cariño incluso antes de terminar de conocerlo. En seguida eres consciente de que te va a encantar. Es un hombre de honor pero, ante todo, es un hombre enamorado que respeta a la mujer que ama por encima de sus propios deseos. Representa lo que uno es capaz de sacrificar por ver feliz al otro, pese al riesgo de perderlo. Al mismo tiempo, es un hombre responsable pero con una ironía que me ha gustado mucho, siempre tiene la respuesta perfecta y, desde luego, la novela está plagada con muchas de sus frases que relees con un suspiro.
Solo hay dos peros que le puedo poner a la novela. El primero se centra en el viaje de May, la propia autora aclara al final de la novela que está perfectamente dentro de las posibilidades, pero a mí ha costado creer en tal permisividad por parte de sus padres.El otro pero que le pongo es el tiempo. Sobre todo en cuanto a los afectos de Alex se refieren. Es algo que siempre me cuesta creer, y más cuando dos personas se separar a esas edades, en las que todavía se puede cambiar tanto. Pero todo me hubiera resultado mucho más convincente si el tiempo a partir de que May toca tierra hasta la conclusión de la novela se hubiera alargado un poco más. Matizo que son razones muy personales, y dejando de lado esos dos detalles, es una novela con la que he disfrutado mucho.
La relación entre ellos es chispeante. Tienen complicidad, se conocen, se entiende, se respetan y no intentan cambiarse.Me han gustado sus pequeñas disputas, sus cartas, sus bailes, esa tensión que no cesa durante toda la novela y la pasión que se respira entre ellos. La paciencia que Alex demuestra en todo momento, y más con lo testaruda que es May en su postura, pero sin perder la constancia para ver culminar con éxito el plan que tiene totalmente calculado. Como secundarios, la novela cuenta con las parejas anteriores, que protagonizarán alguna que otra escena divertida.
Ruth M. Lerga se ha convertido en una autora que no falta en mi biblioteca, me gusta que no abandone ese toque de humor que hace que vayas pasando páginas con una sonrisa, diálogos chispeantes, peleas dialécticas y una actitud de Alex, que te enamora al mismo tiempo que va conquistando el corazón de May.Sus novelas se caracterizan siempre por estar protagonizadas por mujeres fuertes que no quieren perder su independencia.
Es una novela de personajes, por un lado la firmeza de Alex que tienta, seduce y conquista y, por otro lado May, que verá como sus ideas, tan claras en un principio, irán desmoronándose ante los avances del hombre que la conoce mejor que sí misma.
Me ha parecido un broche final a esta serie. Y lástima que ya ha dejado claro que no seguirá con los personajes, porque hay un secundario que hace una breve aparición cuya historia podría resultar, cuanto menos, interesante.
Datos de interés: Ficha del libro: - Ficha de la autora:
Pepa