Revista Cultura y Ocio

Una vacante imprevista de J. K. Rowling

Publicado el 08 marzo 2013 por Kovua

Una vacante imprevista de J. K. Rowling Barry Fairbrother ha caído muerto de un aneurisma cuando se dirigía a una fiesta, a partir de ahí descubriremos las diversas formas que tienen los aldeanos del pequeño pueblo situado en el Reino Unido en el que viven para llegar a ocupar la vacante que ha quedado vacía en el concejo parroquial de forma imprevista. Este caso crea un conflicto entre hijos y padres, ricos y pobres, mujeres contra maridos, alumnos y profesores.
Pagford es la pequeña villa en la se mueven sus numerosos habitantes de apariencia idílica, ampliada hasta Los Prados, una zona alejada de las zonas ricas, donde se sitúan los que tienen una economía media y los más desfavorecidos. Sus secretos, las historias personales, la hipocresía, la pasión, la codicia…
Sus personajes son variados y tienen diferentes formas de pensar: Krystal Weedon; una adolescente con problemas durante toda su vida, rebelde por fuera pero inocente por dentro, Andrew Price; otro adolescente que ignora todo lo relacionado con los estudios, odia a su padres: Simon Price, el cual es un ser detestable, primitivo y ante todo agresivo y Ruth Price la cual siente impotencia por la situación que tiene en su hogar. Sukhvinder Jawanda, una joven que se siente sola, maltratada por su entorno, desde el instituto hasta en su casa, lo que le provoca una depresión con riesgo de suicidio, además teme a sus padres por su forma de ser: Vikram Jawanda, el perfecto padre de familia con un trabajo y atractivo, Parminder Jawanda, su mujer, doctora de origen pakistaní, enamorada de Barry la cual tiene sus mismos ideales, es muy recta y ordenada. Howard Mollison es seguro, no duda en dar su tiempo para trabajar por la comunidad y a sus intereses personales, Shirley Mollison, su mujer, la esposa perfecta pero la suegra insoportable, es hipócrita y convierte sus cenas familiares en espectáculos teatrales. Su hija, Samantha Mollison, odia todo aquello de su familia, su marido no cumple sus promesas, busca la perfección pero es incapaz de ser feliz. Mary Fairbrother comparte la serenidad de su marido pero no sigue sus ideales, Barry Fairbrother, hombre honrado, trabajador y entregado a su pueblo, defendió los valores sociales, adorado por todos hasta que muere… 
Rowling logra en esta novela una historia coral, cargada de realidad y sufrimientos, a veces con un toque de humor ácido y siempre detrás de una crítica social hacia nuestro actual modo de vida y de sociedad. Ha conseguido crear un microcosmos cargado de personajes realistas pues todos tienen su lado oculto, cruel e inhumano, sombrío e inhóspito oculto tras un secreto, pero también una cara más amable, humana y alegre pese a lo que se mueve por las calles de la villa. A lo largo de la novela se describe todo tipo de delitos que ponen en relieve los problemas del ser humano, también sobre corrupción. Cada uno de sus personajes se encuentra en un lado sobre los problemas de Pagford, es decir, algunos quieren que permanezca un centro de toxicómanos pero otros hacen lo posible para librarse de él añadiendo todo tipo de pretextos, este es un ejemplo de los muchos que preocupan a los habitantes de la villa inglesa. En definitiva, la novela es un gran compendió de personajes, con problemas comunes a todos, narrado con sencillez que describe las formas de actuación frente a los problemas.
Recomendado para aquellos que quieran descubrir una gran novela cargada de historias realistas y personajes que dan a la novela una visión del mundo desde todas las perspectivas. También para aquellos que les guste las largas novelas que hablen del fondo y de la forma de nuestra sociedad. Y por último para los lectores de J. K. Rowling, esta, su primera incursión en la novela para adultos, logra adentrarnos en un mundo que refleja todo lo que las sociedades desarrolladas quieren ocultar.
Extractos:
Dos bancos más atrás, Colin Wall sollozaba, con jadeos débiles pero audibles, cubriéndose con un pañuelo grande y mojado. Tessa tenía una mano apoyada en su muslo, ejerciendo una suave presión. Ella pensaba en Barry; en que había contado con que la ayudara con Colin; en el consuelo que entrañaba reírse juntos; en la ilimitada bondad de espíritu de Barry. Lo veía con claridad, bajo y con la cara colorada, bailando con Parminder en la última fiesta que habían organizado; imitando los reproches de Howard Mollison sobre los Prados; aconsejándole con tacto a Colin, como sólo él podía hacerlo, que aceptara la conducta de Fats como propia de un adolescente y no de un sociópata. A Tessa la asustaba lo que podía suponer para el hombre que estaba a su lado la pérdida de Barry Fairbrother; temía que Colin le hubiese hecho al fallecido una promesa que no podría mantener, y que no comprendiera hasta qué punto Mary le tenía antipatía, con la que estaba empeñado en hablar. Y entre toda esa ansiedad, entre todo ese pesar que Tessa sentía, se abría paso, como un gusano insidioso, su preocupación habitual: Fats, y cómo iba a evitar una explosión, cómo iba a conseguir que fuera con ellos al cementerio, o cómo podía ocultarle a Colin que no había ido, lo cual, a la postre, sería más fácil. —Acabaremos la ceremonia de hoy con una canción elegida por las hijas de Barry, Niamh y Siobhan, que significaba mucho para ellas y su padre —concluyó el párroco, apañándoselas, mediante el tono de voz, para desvincularse de lo que venía. El redoble de batería sonó tan fuerte por los altavoces ocultos que los presentes se sobresaltaron. Una voz con acento americano entonó a todo volumen «A-já, a-já» y Jay-Z se lanzó a rapear: Good girl gone bad— Take three— Action. No clouds in my storms... Let it rain, I hydroplane into fame Comin’ down with the Dow Jones... Muchos creyeron que se trataba de un error. Howard y Shirley intercambiaron miradas de indignación, pero nadie apretó el stop, ni corrió pasillo arriba pidiendo perdón. Entonces, una voz femenina potente y sexy empezó a cantar: You had my heart And we’ll never be worlds apart Maybe in magazines But you’ll still be my star... Los portadores volvían a recorrer el pasillo con el féretro, seguidos por Mary y los niños. ... Now that it’s raining more than ever Know that we’ll still have each other You can stand under my umbuh-rella You can stand under my umbuh-rella Los asistentes fueron saliendo lentamente de la iglesia, reprimiéndose para no caminar al ritmo de la música.
La sonrisa de Miles se le quedó en suspenso, como un triste globo olvidado después de una fiesta. Fue como si una fría brisa atravesara el comedor, que quedó transitoriamente en silencio. Pese a que Miles parecía un pelmazo, Kay estaba de su parte: era el único de los comensales que se mostraba remotamente dispuesto a facilitarle la entrada en la vida social de Pagford. Así pues, optó por volver al tema con que Miles parecía sentirse más cómodo, sin sospechar que fuera inapropiado hablar de él en presencia de Mary. —La verdad es que los Prados es un barrio duro —dijo—. He trabajado en zonas urbanas deprimidas; no esperaba encontrar esa clase de privaciones en una zona rural, pero los Prados no es muy distinto de lo que se ve en Londres. Bueno, hay menos diversidad étnica, por supuesto. —Sí, desde luego, aquí también tenemos adictos y maleantes —replicó Miles—. Me parece que no puedo más, Sam —añadió, y apartó su plato, en el que todavía había una cantidad considerable de comida. La anfitriona empezó a recoger la mesa, y Mary se levantó para ayudarla. —No, no te muevas, Mary. Tú relájate —dijo Samantha. Gavin también se levantó e insistió caballerosamente en que Mary volviera a sentarse, lo que a Kay le dio mucha rabia; pero Mary se obstinó igualmente.
Editorial: Salamandra Autor: J. K. Rowling
Páginas:  608
Precio:23 euros


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