Revista Tendencias

Una velita cuando la necesitemos

Publicado el 01 julio 2025 por Claudia_paperblog

El día antes de su cumpleaños me acuerdo a última hora. Me meto en la cabeza que no me olvidaré de ella, pero me levanto con la alarma, alarmada yo también. Voy rápido al baño y me conecto con prisas a la reunión de primera hora de la mañana, enseguida entro en un bucle de tareas que no me deja pensar en nada, ni siquiera mirar el móvil.

Cuando conecto los datos a las 10 de la mañana pasadas, me llegan los mensajes del grupo de familia. Mi padre le ha dejado un mensaje precioso. Espero que nos cuide y nos encienda una velita cuando la necesitemos. Me siento mal.

Creo que lloro en un metro o en un tren, pero es otro día. Claro que me acuerdo de ella, pero me culpo porque a veces no es suficiente.

Por la noche, de madrugada, tengo a un hombre en mi cama, que me pide cosas y me hace cosas. Sudamos, gemimos, gritamos. Y en un momento, después de llegar al orgasmo un par de veces, pienso en que es su cumple y que yo estoy haciendo algo sucio y desagradable en lugar de honrarla.

Y ahora escucho el álbum Hit me hard and soft.

Se le oscurecen los ojos, más bien las ojeras, se vuelven añiles, luego negras, tiznadas. Parecen una espiral siniestra. Apoya la espalda en la pared donde debería haber el cabecero de mi cama mientras observa lo que le hago.

Nunca se queda solo mirando, su mano acaricia mi piel y baja poco a poco por mi espina.

No sé si me escucha cuando mira mis labios en el bar y se coloca el sombrero todavía más para abajo, resoplando, sin poder tenerme aún. Y yo tampoco sé si quiero que me escuche o quiero que me use esta noche, para no pensar, para vivir en el placer.

-Me gusta cómo me miras.

-¿Cómo te miro?

-No sé, me miras con unos ojos x-. No recuerdo qué palabra usa, pero no me convence. No la ha usado bien sintácticamente, aunque se nota que ha estudiado Publicidad. Solo hay que sonar convincente.

El mundo corporativo. Me parece la reseña de una película. Un joven cuya pasión es el arte acaba en una gran empresa creativa de publicidad, en Buenos Aires, ganando mucho dinero, pero sin tiempo para vivir, sintiéndose vacío. Lo deja todo y se va a vivir a Barcelona, una ciudad cosmopolita (odio esa palabra) para crear su propia revista cultural.

Su bisabuelo español se exilió en Argentina, se enamoró de una aborígen. Él era rubio con ojos claros y los hijos les salieron uno de cada, él se ha quedado con los genes aborígenes. Se ríe al decir eso, como un niño pequeño. Me gustan las risas infantiles, pero no las exageradas. Él da una palmada y se inclina hacia atrás con su propia broma.

¿Qué conozco de su persona? Quiere que le responda y yo utilizo la palabra modernillo.

-Lo dices con un deje peyorativo.

No se lo niego. A veces siento que humillo a la persona para gustarles más o para que no piensen que me pueden pisotear.

Echo de menos otros tiempos, en los que los chicos me llamaban pequitas, y seguían quedando conmigo aunque no nos besáramos.

Una velita cuando la necesitemos

Volver a la Portada de Logo Paperblog