Luisa, una mujer jubilada y tenaz, inició una lucha en solitario para recuperar sus ahorros de toda la vida que había depositado en La Caixa en "participaciones preferentes", creyendo, así se lo dijeron en su día, que podía disponer de su dinero al momento. Cuando fue a recuperarlo se inició su calvario: No se lo quieren dar y le proponen canjear su depósito por obligaciones a 10 años.
Llamó a los periódicos, radios y televisiones, se manifestó con una pancarta delante de su oficina bancaria. Localizó a decenas de personas que tenían el mismo producto financiero que resultó que desconocían que su dinero estaba en un "corralito" sin posibilidades de recuperación inmediata.
Los diarios no decían nada. El Periódico de Cataluña le publicó una carta al director, La Vanguardia hizo un breve en su edición digital. Ella no desistió frente al gigante financiero y concentró a un centenar de ahorradores frente a las oficinas centrales de La Caixa en la Avenida Diagonal.
Llegó a comprar un traje de preso para encadenarse frente a la oficina hasta que le dieran su dinero, hizo unos folios (las antiguas octavillas) que repartía en el barrio de la Sagrada Familia....
La Caixa envió al delegado de zona para calmarla. Le prometió que le daban su dinero, pero que cesara inmediatamente de manifestarse. Luisa conminó al delegado a que se lo pusiera por escrito y acto seguido le dijo que su lucha no acabaría hasta que todos los inversores en esas "participaciones preferentes" obtuvieran su dinero.
Repasando los diarios en 2009 y 2010 , hablaban de esos productos como una captación de miles de millones para las entidades financieras –– pues son más de una cincuentena las que están haciendo "el corralito" con los ahorros de personas mayores y jubiladas–– que iba a reforzar la capitalización de nuestras entidades financieras. Los periódicos no aprenden de los errores pasados. No supieron ver la crisis y una vez vista ésta y sus causantes,seguían dándole coba a los financieros. Pasa en todas partes , pero no es excusa.
Hoy Luisa, con un par de personas afectadas han estado en directo en la SER y Gemma Nierga y Juanjo Millás han abierto una ventana de esperanza para que el ciudadano crea algo más en los medios de comunicación como contrapoder . Denunciar las injusticias es una labor del periodismo que empieza a caer en desuso cuando el que está enfrente es tan poderoso como un banco.
No debería ser excusa para los medios ocultar estas informaciones aunque ello lleve aparejado el perder la publicidad de una entidad financiera o ponga en riesgo la financiación de la empresa periodística.
Nota: Conocí a Luisa hace un tiempo y por otras circunstancias. Le había perdido la pista. No sabía nada de ella ni de su problema con La Caixa. Por su férrea voluntad y persistencia, y porque le asiste la razón, se que acabará ganando a La Caixa. Isidro Fainé debe y puede solucionarlo en un minuto. También le conozco.