No os voy a dar trece razones para que la leáis pero espero convenceros con esta reseña, pues la primera obra de Jay Asher se merece estar en vuestras cartas destinadas a los Reyes Magos y a Papá Noel.
Clay Jensen es un adolescente tímido, amable e inteligente. Es un chico normal preocupado por sus notas y por lo que le rodea. Un día, cuando llega a casa tras el instituto se encuentra un paquete en su puerta.
La caja contiene siete cintas de casete de las de toda la vida. Trece de sus caras están marcadas por un número en pintauñas azul oscuro. Cada grabación corresponde a una persona, cada una de éstas a un motivo. Responden a una compleja pregunta ¿qué llevo a Hannah Baker a quitarse la vida?
En las cintas ella misma cuenta qué hizo cada una de las personas que contribuyeron a su destrucción (o a la de terceros). Y es que, cualquier cosa que hagas, por pequeña que sea, puede traer una serie de graves consecuencias.
Así, vamos conociendo primero los hechos de menor gravedad y, conforme avanzamos, los de mayor. A mí los últimos me cogieron por sorpresa, no los esperaba.
Está muy bien estructurada y cada pieza encaja a la perfección. Lo que Clay escucha se diferencia de lo que piensa mediante la letra cursiva aunque también, y a modo de decoración, encontramos a lo largo de sus páginas los botones Play y Pause que ayudan a ubicarse. Atractiva forma de presentar la original historia.
Me ha gustado mucho la forma de expresarse del escritor en especial cuando habla Hannah. Directa al grano. Es curioso pero casi que podía escuchar su voz como si compartiese los cascos del walkman con Clay. Un tono dolido, irónico, con gracia a veces y, sobre todo, serio.
Desde el principio el lector intuye que los sentimientos del protagonista por la chica que se ha suicidado eran fuertes y, de igual forma, uno piensa que él no aparece en las cintas por algo negativo sino por algo positivo.
Me ha enganchado. Quería saber qué había hecho cada uno de los personajes. Por trece razones no me ha dejado huella pero es una obra que te hace reflexionar, un buen libro que me ha hecho gritar de rabia y de impotencia. ¡Hasta la próxima devorador@s!
Agradecimientos Ediciones Ámbar