En cuanto terminé de verla supe que tenía que dedicarle una reflexión, porque nos muestra un estilo de vida casi completamente opuesto a lo habitual en la época contemporánea: vivimos de manera frenética, siempre con algo que hacer, siempre rodeados de gente (que no significa acompañados), no paramos, no observamos, la multiplicidad y complejidad de los estímulos que nos invaden, nos desbordan... ¿No te sientes a veces así, desbordado?
Frente a esa manera de vivir, y tratando de hacer un esfuerzo por parecerse un poco a Hirayama, el protagonista de Perfect Days, cada vez hay más gente (y aún así, siguen representando una minoría) con una nivel de consciencia, no diré que más elevado, simplemente distinto. Personas que se han dado cuenta de la importancia crucial de cuidar su bienestar psicoemocional y de que, por y para ello, es necesaria una forma de vida más amable, más lenta, con menos presión y sobre carga, más sencilla.
Sin embargo, el sistema, este maldito y asqueroso sistema capitalista (o neoliberal = capitalismo al cuadrado = sociedad materialista y egoísta), un sistema al que no le interesa para nada las personas amables, lentas y sencillas, porque actuar así no resulta productivo y todo lo que sea improductivo este sistema lo margina y desecha, pues este sistema, digo, se ha rearmado frente a ese nuevo nivel de consciencia, y cada vez nos lo pone más difícil. Mucho más difícil.
Es en ese momento cuando uno se da cuenta de lo jodido que está, de que no puede elegir una vida sencilla porque no le dejan, y salir de la rueda del hámster pasa por quedar en el desamparo, en la marginación, excluido de una sociedad adicta al dinero y a lo material pero de la que si no formas parte no vas a poder ni subsistir. O eso o...
... cambiamos las putas reglas del juego.
Los abusadores económicos (propietarios, fondos buitres, inmobiliarias, bancos, y políticos que se alinean con ellos), no solo no quieren impedir que vivas una vida sencilla, porque no les renta, es que te lo van a poner lo más difícil que puedan, al más alto coste, porque es eso lo que les hace ganar más dinero.
Y su estatus, su materialismo, su alto tren de vida..., lo estás pagando tú, con tu sacrificio, y con tu salud. Por ello, amigo, amiga, si estás en Málaga el 29 J, ven con nosotros, ¡y rebélate!
Y que ese sea solo el primer paso. Porque si ellos quieren que sus beneficios aumenten a costa de nuestra felicidad, nosotros les daremos paz social únicamente a cambio de que terminen con su avaricia.
Y si no quieren, que no haya paz social.
Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.
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Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para todo el mundo. También tengo un par de libros.
Y, con ganas de cambio, ¡recibe este abrazo!