Llevar una vida sexual activa contribuye a mejorar la salud y el bienestar general.
La relación entre salud y sexualidad ha sido comprobada mediante numerosos estudios científicos.
Las principales conclusiones que se extraen de estos análisis son las siguientes:
- Los científicos constataron que una buena salud sexual repercute de forma positiva en una mayor sensación de felicidad, de bienestar y una mayor longevidad. Según los expertos, debería estar considerada como un aspecto importante de la salud general.
- Un estudio realizado en gran Bretaña sobre 1.000 hombres controlados durante 20 años concluyó que los riesgos de padecer una enfermedad cardíaca eran mucho menos elevados entre quienes practicaban sexo más asiduamente (2 veces a la semana en comparación con menos de 1 vez al mes).
- Está comprobado que la sexualidad es un elemento determinante del bienestar y de la calidad de vida.
- Los autores de un estudio que examinó los factores de la longevidad de una población durante un período de 25 años concluyeron que la frecuencia de las relaciones sexuales y el grado de placer experimentado son referencias significativas de la longevidad.
Por otro lado, la actividad sexual estimula la producción de sustancias beneficiosas para la salud como por ejemplo las endorfinas, que producen sensación de placer y relajación a la vez que disminuyen el estrés.
Para las mujeres, la actividad sexual aumenta la segregación de oxitocina (una hormona beneficiosa para los senos) y de sustancias lubrificantes que permiten conservar la suavidad de la vagina.
En los hombres aumenta la testosterona, que contribuye a la salud de los músculos y los huesos.
Se cree que la actividad sexual también previene la hipertensión, la depresión y diversos tipos de cáncer (seno, próstata).
Existe, según los expertos y los estudios realizados, una relación clara entre la sexualidad activa y la salud.
Según una encuesta realizada en Québec, Canadá, las personas afirman que se sienten satisfechos de su vida sexual presentan un índice de felicidad de 85, mientras que quienes no gozan de una vida sexual satisfactoria sólo llegan al 65.
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