Revista Opinión
Hace un año pude pasar una encuesta a mis alumnos de primero de bachillerato. Aunque todos se manifestaban contrarios al aborto, a dos de ellos les parecía que en el caso de violación podría justificarse. No eran muchos, pocos más del 10% del total, pero siendo pocos, me parecían demasiados, pues NUNCA la violación puede ser motivo o causa de aborto.
La asociación Derecho a Vivir ha difundido "ocho razones por las que una violación no justifica abortar a ningún niño", a raíz de un caso de violación con resultado de embarazo en Chile, un país sin aborto desde 1983 y con la mejor salud maternal de todo el continente americano (con la excepción de Canadá).
Estas son las 8 razones:
1. El aborto, sea cual sea la circunstancia de la madre, supone acabar con la vida de un ser humano.
2. La violación es una atrocidad y un delito que debe perseguirse. Pero el embrión no es culpable de lo que le sucedió a su madre, ni de que su padre sea un criminal.
3. El culpable de la violación no es el embrión, pero quieren convertirlo en la principal víctima.
4. Si no contemplamos la pena de muerte, ni siquiera para el violador, ¿por qué algunos la defienden para el hijo?
5. La madre no tiene por qué quedarse con el hijo. La adopción es una respuesta más humana.
6. El aborto no soluciona, ni cura, ni hace desaparecer lo ocurrido. Al trauma de la violación se suma el del aborto.
7. La historia personal del embrión o sus características familiares no le restan carácter humano.
8. La cualidad humana del embrión, y por tanto su dignidad y protección, no depende de lo que sucedió entre sus progenitores.
Y estos son los testimonios:
Engendrada en incesto: adoptada que adoptó: Kristi Hofferber, por ejemplo, descubrió que fue engendrada en incesto: su abuelo/padre violó a su madre.
Su hija hoy le llena de felicidad: También la colombiana Verónica Cardona quedó embarazada a los 16 años de edad tras ser violada por su propio padre. Defendió la vida del bebé y, cinco años después de vivir este drama, exhorta a las mujeres que pasan por casos similares a que “¡no tengan miedo de decirle sí a la vida, no tengan miedo de decirle sí al amor!”.
"Puedes sacar algo bueno: yo soy ese algo": Otro caso es el de Ken, un norteamericano que dice a las madres: "La violación es espantosa, pero lo que quiero decir a las mujeres que nos estén escuchando es lo siguiente: puedes coger eso tan terrible que han hecho contigo y sacar algo bueno de ello. Ese algo soy yo". Ken cuenta que a su madre "cuando ella tenía 15 años, la golpearon con un bate de béisbol y la violaron. Entonces acudió a una institución católica de caridad y me tuvo a mí, tomó la valiente decisión de conservarme... de dejarme vivir. Luego fui adoptado. Llevo quince años casado, tengo tres hijos... y quisiera hablar en nombre de los que no tienen voz".
Madre drogada y violada en grupo: Alfar Antonio Vélez cuenta cómo su madre, a los 27 años, fue drogada y violada por un grupo de compañeros de trabajo borrachos en Colombia. Pero era una mujer de fe, tuvo al niño, lo educó... y hoy, para gran orgullo y alegría de ella, Alfar es sacerdote misionero en Argentina. Un vecindario volcado en acoger: En 2011 en Argentina se conoció la historia de la hija de Hilda, que fue violada por un pariente que se aprovechó de su minusvalía psíquica. Quedó embarazada. Pero el vecindario de esta familia, pobre pero generoso, se volcó en ayudarles y desarrolló una gran ternura por el bebé: engendrado en la violencia, pero nacido rodeado de amor.