Desde hace siete años, el 31 de diciembre paso la nochevieja en Galicia y de camino hago una parada en la zona de Entrambasaguas, entre el concejo de Tapia y la Ría del Eo, donde en compañía de mi amigo Gilberto recorremos la zona para hacer la última salida ornitológica del año.
El occidente de Asturies nunca suele defraudar y es raro que en un área que incluye playas, acantilados, rías y una amplia rasa costera no haya algo interesante que ver. Este año, la climatología no parecía que fuera a dar muchas oportunidades, ya que el fuerte viento del suroeste no le gusta a las aves, que no pueden cómodamente y prefieren refugiarse en zonas protegidas o descansar en el suelo. Pero había que intentarlo.
Pareja de ánsares piquicortos, con el faro de Tapia al fondo
Hacía varias semanas que una pareja de Ansares piquicortos (Anser brachyrhynchus) se dejaban ver por la rasa de Villadún y aunque se resistieron un poco, finalmente los conseguimos encontrar gracias a la ayuda de Gabriel, que los había localizado antes. Se encontraban pastando tranquilamente en el mismo sembrado de ballico donde se vieron las últimas veces.
Otra de las aves estrella que se llevan viendo desde hace tiempo es un Elanio azul (Elanus caeruleus). Esta especie era un visitante raro en el norte de la Península pero desde hace varios años cada vez son más numerosas las citas de esta especie. Y en esta zona del occidente se han visto el pasado año nada menos que cinco ejemplares, uno de los cuales aun se encuentra entre nosotros. Aunque después de casi una hora buscándolo ya no contábamos con verlo, al final lo localizamos posado en una rama baja, refugiándose del intenso viento que no parecía gustarle demasiado. Aunque parecía más desconfiado que otras veces, pudimos hacerle una foto testimonial antes de que se fuera volando.
Para completar la mañana nos dirigimos a la ría del Eo y como no teníamos demasiado tiempo y la marea estaba muy baja, fuimos directamente al puerto de Castropol, donde no es difícil ver colimbos, zampullines y otras especies casi sin bajarse del coche.
Grupo de cormoranes grandes pescando en la ría
Nada mas llegar ya vimos los primeros grupos de zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) y dos colimbos grandes (Gavia immer), que pescaban activamente, asi como tres serretas medianas (Mergus serrator) y un grupo de cormoranes grandes.
El viento fuerte no favorece el vuelo de las aves, pero puede ser de gran ayuda para hacer fotos que en condiciones normales resultarían muy complicadas. Una espátula (Platalea leucorodia) que intentaba volar hacia el interior de la ría se mantuvo casi estática durante casi un minuto frente a nosotros mientras luchaba contra el viento, desplegando sus alas y avanzando lentamente hasta que desapareció.
Los charranes patinegros (Sterna sandvicensis) son aves muy rápidas que pescan lanzándose en picado sobre los peces de los que se alimentan. Esta vez el viento se puso de nuestra parte y nos permitió sacar varias fotos a algunos de los que se acercaron a nosotros.
Entre gansos y charranes se nos pasó la mañana y ya llegaba la hora de marcharse. Dentro de unos días volveremos por la ría a hacer el censo de aves acuáticas invernantes y dentro de 12 meses espero volver a cumplir con esta tradición de fin de año. Hay algunas tradiciones que merece la pena mantener.
NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.