Revista Viajes
Ahora es una aldea de solo 70 habitantes pero tiene su historia.............................
El primitivo asentamiento se corresponde con el de la ciudad arévaca de Voluce que, según estimaciones arqueológicas, podría emplazarse a un kilómetro de Calatañazor sobre un cerro lindante con el río Milanos. Allí habría permanecido Voluce desde el siglo III-II a. C. hasta el siglo IV-V de nuestra era, es decir, durante todo el periodo de presencia o dominación romana en la Península.
Con las invasiones germánicas los habitantes de la antigua ciudad debieron encontrar mejor acomodo en el promontorio que ocupa la actual Calatañazor y trasladarse a él.
De la época visigoda pudieran ser las tumbas antropomorfas que aparecen excavadas en la roca en la base del castillo, visibles desde éste y accesibles por la vega. En el siglo VIII se extendió por la Península Ibérica el dominio musulmán que alcanzó, por supuesto, a estas tierras en las que dejó perdurable huella. Precisamente en relación con las luchas que en ellas se libraron entre los cristianos del norte y los musulmanes del sur pudo producirse el acontecimiento que ha proporcionado más celebridad histórica a Calatañazor.
Era el verano del año 1002 Almanzor (Al-Mansur, esto es, «el victorioso»), general de los ejércitos del califa cordobés y auténtico caudillo y soberano fáctico de Al-Ándalus, atacaba como cada verano durante las dos décadas anteriores las comarcas cristianas desde Santiago de Compostela hasta Barcelona.
La campaña militar de aquel año le había llevado por tierras riojanas a San Millán y Canales, de donde regresaba a sus cuarteles de invierno andaluces. Lo hacía victorioso pero enfermo. La ruta a seguir hacia Medinaceli le haría remontar el puerto de Santa Inés desde los Cameros y traspasar el portillo de Cabrejas, para salir a campo abierto frente al peñasco de Calatañazor.
Hasta aquí la historia y en adelante la leyenda. Sancho García, a la sazón Conde de Castilla, que se había enfrentado a las huestes de Almanzor dos años antes en Peña Cervera, donde, si bien resultó derrotado como siempre, apreció quizá debilidades nunca antes advertidas en los ejércitos mahometanos, bien pudo calcular que había llegado el momento y la ocasión de rendir en combate a Almanzor, envejecido, enfermo y ahora en retirada.
Así pudo haber sucedido la Batalla de Calatañazor, aunque documentalmente no sea dado asegurarlo ni desmentirlo. La tradición sostiene que «en la de Calatañazor perdió Almanzor el tambor», que es tanto como decir que perdió su talismán de imbatible y que resultó derrotado.
Como la imaginación no está sujeta al rigor histórico, contemplando desde el castillo la extensa llanura hoy llamada Valle de la Sangre, ( con ese nombre no me extraña que allí hubiese una gran batalla) puede uno asistir a la carga de las mesnadas de Sancho García contra las tropas califales y a la huida de éstas por el camino de Bordecorex hacia Medinaceli. Sí parece seguro que Almanzor murió la noche del 10 al 11 de agosto de 1002 y que fue sepultado en Medinaceli
En el curso de la Edad Media se vincula Calatañazor con diversos personajes de la realeza castellana como Alfonso X, Sancho IV o María de Padilla: los dos primeros porque honraron la villa con su presencia en alguna ocasión; María, esposa de Pedro I "el cruel", porque pertenecía al linaje de los Padilla, señores de Calatañazor.
Martín de Padilla, nacido en la propia villa de Calatañazor e interviniente en la batalla de Lepanto, al que Felipe II otorgó el cargo de capitán general de las galeras de España, y la ya citada María de Padilla, amante de Pedro I, quien, casado con Blanca de Borbón, declaró ante las Cortes convocadas en Sevilla (1362) haber contraído matrimonio con María antes que con Blanca, por lo que aquélla fue reconocida como reina y sus hijos como herederos de Castilla.
Actualmente Catalañazor es una aldea de 70 habitantes, mucha historia y muy pocos habitantes.
Hay algunas casa restauradas y habitables, otras muchas están abandonadas.
En el pueblo se respira ambiente medieval 100 x 100.
Se ha quedado congelado con el aspecto que se supone tendría en la Edad Media.
Yo siempre había oído lo de Calatañazor, donde Almanzor perdió su tambor, así que no perdí la ocasión de visitarlos durante nuestro viaje a Soria.
Almanzor tuvo atemorizada a la España cristiana del año 1000, al parecer aquí encontró la horma de su zapato.
El pueblo o aldea se podría usar como decorado cinematográfico sin demasiadas complicaciones.
Esta casi abandonado, si no fuese por algunos negocios turísticos..........
Esta es la calle principal.
La puerta me pareció muy auténtica
Escudo de armas.
Al fondo el castillo de Calatañazor.
Se ven algunos pequeños hoteles y restaurantes.
Casas de otra época.
Unas vez más olvidé la cámara de fotos y estas fueron hechas con el teléfono móvil, un Xiaomi Red Mi Note 4G.
Calatañazor está en un promontorio rodeado por una muralla y un río.
Una iglesia extramuros.
Y ya me marcho de Calatañazor, Soria me espera.
Hasta la próxima.