Edición: Lumen, 2014 (trad. Patricia Antón)Páginas: 680ISBN: 9788426400505Precio: 22,90 € (e-book: 10,99 €)
—¿No te preguntas a veces qué habría pasado si se hubiese cambiado un pequeño detalle en el pasado? Quiero decir, si Hitler hubiera nacido muerto, o si alguien lo hubiese raptado de pequeñito para criarlo…, no sé, en una casa de cuáqueros, por ejemplo; seguro que las cosas habrían sido distintas. Pág. 351-352.
Nietzsche, en su teoría del eterno retorno y el amor fati, concibe la existencia como una sucesión de experiencias tan intensas que el ser humano desearía volver a vivir una y otra vez, tal y como acontecieron, para seguir exprimiendo cada instante, las penas y las alegrías, sin caer en el nihilismo al que achaca los males contemporáneos. Kate Atkinson (York, 1951), una de las escritoras británicas más importantes de la actualidad, utiliza esta idea para plantear su novela más reciente, Una y otra vez (2013), una obra que ha sido aclamada por la crítica y que supone su regreso a la narrativa después de dedicar los últimos diez años a la exitosa serie de libros policíacos protagonizada por el detective Jackson Brodie.El hilo de Una y otra vez sigue a Ursula Todd, una mujer que nace en febrero de 1910 en el seno de una familia inglesa de clase media. Como toda su generación, Ursula es testigo de los estragos de la Primera Guerra Mundial en la figura de su padre y, años más tarde, ella misma sufre, ya como adulta, las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esta historia da muchas oportunidades a Ursula, porque en la novela muere y nace de forma constante: cuando se produce un hecho que termina con su vida, la trama recomienza para narrar un desenlace alternativo a ese suceso. Este desenlace alternativo es, al mismo tiempo, un nuevo comienzo, porque, a diferencia de lo que sugería Nietzsche, Ursula no repite exactamente los mismos pasos en cada vida, sino que aprovecha lo aprendido para no caer en los errores anteriores y ayudar, siempre que sea posible, a que los de su alrededor tampoco los cometan. Para enredarlo aún más, Atkinson emplea saltos temporales para avanzar y retroceder según convenga para contraponer lo acontecido en cada fase.Este planteamiento complejo no es anecdótico, sobre todo si tenemos en cuenta el marco histórico en el que se sitúa. La Segunda Guerra Mundial determina las decisiones de Ursula, que, en sus sucesivas vidas, conoce el conflicto desde posturas diferentes: una ciudadana inglesa corriente, la esposa de un hombre alemán cercano al Führer, una voluntaria de los servicios de emergencia londinenses. Predomina el ambiente de Londres durante el Blitz, pero lo significativo de este despliegue reside en el aumento progresivo de la implicación sociopolítica de la protagonista. Ursula esgrime lo que sabe de otras experiencias para tratar de enmendar los problemas; por eso, por encima de todo, Una y otra vez se puede interpretar como una demostración literaria de que la Segunda Guerra Mundial se podría haber evitado.En las casi setecientas páginas del libro hay espacio para desarrollar otras cuestiones, como los recovecos de las relaciones familiares. Ursula, la mediana de cinco hermanos, crece junto a una madre chapada a la antigua que preferiría que su hija fuera una modesta ama de casa en lugar de estudiar y trabajar tanto («Algún día […], mi único vínculo con nuestra madre consistirá exclusivamente en los nombres de los grandes escritores del pasado», pág. 237). El padre, más agradable, ve en Ursula a la niña de sus ojos. Del elenco de hermanos, destacan Pamela, una muchacha estudiosa con quien Ursula tiene una complicidad que perdura a lo largo del tiempo; y Teddy, un joven encantador, enamorado de su vecina, que con la llegada de la contienda se convierte en aviador. Pese a ser la única que vive una y otra vez, las determinaciones de Ursula marcan el devenir de todos, ya que los cambios en una sola persona repercuten en los demás.La tía solterona, Izzy, también sobresale, tanto por su proximidad a Ursula como por una personalidad extravagante que choca con las costumbres de sus coetáneas («Nunca sabrás lo que es ser el chivo expiatorio de los pecados de todos los demás», pág. 185). Después de verse obligada a dar un hijo en adopción cuando era adolescente, lleva una vida errática e independiente hasta que consigue el éxito como escritora de una saga de novelas infantiles. Ursula encuentra en Izzy la comprensión que le falta a su severa madre; y el embarazo no deseado de su tía sirve como punto de apoyo para reflexionar sobre la posibilidad de la maternidad en sus sucesivas vidas. Atkinson, que ya demostró su interés por el tema en Me desperté temprano y saqué el perro, se acerca con mucha lucidez a las diversas opciones, sin esquivar las sombras que supone ser madre en una situación política adversa.El recurso de volver a nacer, aunque convincente en líneas generales, en ocasiones cae en su propia trampa y se vuelve tedioso por la repetición excesiva de etapas que no necesitaban tanta reiteración, como un episodio de fiebre letal durante la infancia de Ursula o las descripciones de los bombardeos en Londres. La monotonía de estos pasajes resta tensión narrativa, una pérdida de rumbo momentánea que se podría haber pulido con unos recortes adecuados y un tratamiento mejor de tramas secundarias desaprovechadas, como el asesinato de unas niñas y un secreto de la madre. No hay duda de que el estilo de Atkinson —su ironía, su agudeza, sus diálogos vívidos— brilla en cada página, incluso en las sobrantes, pero los mejores novelistas también necesitan un buen editor a su lado.
Kate Atkinson
Estos inconvenientes me impiden sumarme a los críticos que la saludan como una obra maestra, aunque esto no quita que considere Una y otra vez una aportación más que notable a ese abundante corpus literario que constituyen las novelas sobre la Segunda Guerra Mundial. Lo que en otras manos sería una novela cualquiera sobre la historia del siglo XX, en Atkinson es una historia ambiciosa, de construcción intrincada, que retrata a una familia de clase media, muestra las diferentes evoluciones que puede tomar una persona en función de sus actos e insinúa un trasfondo de tintes filosóficos muy sugerente. Su próxima novela, A God in Ruins (2015), narra la otra cara de los hechos, esta vez centrada en Teddy, el hermano aviador de Ursula.Fotografías del Blitz. Wikipedia.