Paseando por la calle Atocha, una de las vías principales de Madrid, nada hace pensar que tiempo atrás, donde ahora domina el bullicio y el ir y venir de los coches, olivares y cañizares rodeaban el camino que llevaba al santuario de Atocha, una ermita dedicada a la Virgen. Si retrocedemos en la Historia descubrimos que esa misma calle era un camino de trashumancia por el que los pastores llevaban a sus rebaños de ovejas en busca de pastos, era la cañada real. No era la única de la península (más abajo dejo un mapa con las principales) y su importancia fue innegable, no solo por los beneficios económicos que generaron a la Corona sino también como vía de comunicación en la península.
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