Revista Cine

Unas palabras sobre 'Boyhood', de Richard Linklater

Publicado el 26 febrero 2015 por Doctorindy
Unas palabras sobre 'Boyhood', de Richard Linklater
Ya que mencioné que quizá, tras los Oscars, os hablaría de 'Boyhood', supongo que lo decente es... bueno, hacerlo. Incluso aunque cayese derrotada ante 'Birdman'.
No me extenderé mucho: 'BOYHOOD' ES LA VIDA. Hala, ya está.
...
¿Qué? Hecho, ¿no? Ya le he colgado la obligatoria etiqueta que se ha ganado desde su estreno. Ahora en serio, cuando todo el mundo dice lo mismo, de la misma forma, sobre una peli, acaba saturando, pero eso no quiere decir que ese "lema" no sea cierto. Sí, 'Boyhood' es un retrato de la vida corriente de un chaval que podría ser la tuya, la de tu hermano o la de un vecino. La cuestión es ¿cómo algo tan aparentemente monótono puede conquistar a los críticos, a cierto tipo de público, y acabar nominada a muchos premios importantes? Bueno, ya he mencionado alguna vez que la peli de marras no tiene una estructura narrativa. Ni una historia propiamente dicha. Ni personajes con un arco. Ni siquiera tiene tono. 'Boyhood' no va de nada, ni intenta transmitirte algo concreto con las herramientas habituales. Y son estas cosas lo que hace que funcione. La peli es una ventana a través de la que vemos varios momentos en la vida de unas personas. Y como lo que vemos carece de elementos "peliculeros" clásicos, transmite una autenticidad brutal. Y al poco tiempo, en cuanto uno ve que no hay una historia que seguir, en cuanto reina lo cotidiano, en cuanto uno encuentra mil detallitos para identificarse con Mason, o con su madre, o con su padre, dependiendo de nuestro perfil, empieza a surgir un interés que no tiene nada que ver con el que se siente por una película.
No, la vida de Mason nos interesa como la vida de un viejo amigo. ¿Acaso la vida de la gente de nuestro entorno nos interesa porque son trepidantes y llenas de conflictos fascinantes? Qué va, nos interesan porque hemos desarrollado un apego hacia esas personas. Y lo mismo pasa aquí. El famoso asunto de los 12 años de rodaje no es un artificio, es una herramienta inteligentísima para que la peli cumpla su propósito. Pensemos en ello: La peli se divide en varios segmentos. Cada vez que empieza uno notamos un salto temporal, lo cual renueva nuestro interés. "A ver qué es de la vida de Mason ahora". En ese plan. Es lógico preguntarse si estos segmentos y por tanto la película no habrían funcionado igual recurriendo al maquillaje en el caso de los adultos y a un cambio de actores para los chavales. No, rotundamente no. Al notar un cambio de actor o el uso de maquillaje seríamos mucho más conscientes de estar viendo una película, y le exigiríamos una experiencia mucho más cinematográfica y menos cotidiana. Así que gran parte de la magia se perdería. Ver cómo los actores cambian de verdad con el tiempo hace que ese apego que señalaba antes sea más fuerte, ya que aumenta la sensación de naturalidad que tan importante es en la película.
De todas formas, a pesar de la sencillez que transmite la cinta, SÍ tiene algo que contar, ideas que expresar. Y son, de hecho, muy ambiciosas (que no pretenciosas). A lo largo de las etapas en la vida de Mason aparecen personas que en un momento dado tendrán mucha importancia, pero que para el siguiente fragmento habrán desaparecido sin dejar rastro. Linklater nos muestra la vida desde un punto de vista objetivo, por así decirlo, y así comprobamos que las personas y problemas que ahora parecen tan sumamente importantes, en unos cuantos años se habrán olvidado. y su papel habrá sido simplemente ir forjando quienes somos, sin darnos cuenta. Hacia el final de la peli es cuando a uno le golpea de repente todo esto. Vemos a Mason, ya adulto, conducir en solitario hacia una nueva etapa en su vida y de pronto sentimos que todas esas cosas, importantes e intrascendentes al mismo tiempo, han ocurrido de verdad a lo largo de todos estos años y que han llevado a nuestro protagonista a donde está ahora. Es en este momento donde vemos que esta peli, tan sencilla y pequeña, es mucho más grande de lo que parece. Y después de casi 3 horas en las que "no pasa nada", da pena acabar. Apetece seguir con Mason unos cuantos años más. Y creo que eso es, con diferencia, lo mejor que se puede decir de la película.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas