Uncharted, cuando el videojuego salta a la gran pantalla

Por Alejandro Pereira Soto

Uncharted es la nueva propuesta de PlayStation y Naughty Dog, esta vez no en formato videojuego, sino transformado en una película que pretende sentar las bases de una gran franquicia. La cinta es una precuela de la saga en la que los espectadores descubrirán los detalles de cómo el joven cazarrecompensas Nathan Drake (Tom Holland) llegó conocer a su mentor y amigo Victor Sullivan (Mark Wahlberg). Uncharted, cuando el videojuego salta a la gran pantalla Uncharted es un blockbuster al uso que destaca más por su efectismo que por la historia que quiere contar. Es por eso que, para los no amantes de la saga de videojuegos esta pueda parecer una película más, del montón. Sus actores protagonistas defienden bien sus posiciones, en especial Tom Holland, a quien se le nota cómodo en este tipo de producciones.

Uncharted, cuando el videojuego salta a la gran pantalla

Ruben Fleischer es el director encargado de la cinta y consigue resolver bastante bien todos los aspectos visuales de la misma. Quizá la pata que hace cojear a esta gran mesa prefabricada es la de sus secundarios. Se podría decir que no estaban en su mejor día o simplemente que el papel no les hace justicia. Tanto Banderas como Sophia Ali no dan la talla en ningún momento del filme. De hecho, el actor español parece que solo lo utilizan para caricaturizar el ambiente español durante el periplo por Barcelona de los protagonistas.

A Uncharted le falta alma, un buen esqueleto que funciona para ponerse de pie pero al que le faltan los suficientes órganos vitales para funcionar. La trama es previsible y el guion está lleno de conveniencias muy bien situadas para que todo fluya lo más rápido posible. A fin de cuentas es un producto que cumple a la perfección con las expectativas pero que no asume riesgos y se queda en la zona de confort.