Tres años, y hemos llegado todos hasta aquí. Un punto y seguido a algo que cobró vida hace poco tiempo, evolucionó y se paró. Sí, muchos ya saben que ha sido el año con menos actividad del blog desde su inicio. Algo que ya advertí en la entrada “Have a good One” pero no padezcan, estamos de celebración y no es plan de actuar de aguafiesta haciéndome un “Harakiri”. No, estamos para celebrar el inicio del que fue un día un blog diferente, hoy por suerte existen otros muchos. Un blog que llenó un espacio de mi vida y que se mantiene ahí para quien guste de leer, o para mi desfogue personal.
Tres años, no se cuantas visitas, no se cuantos comentarios – seguramente más de los merecidos – pero son tres años. Están invitados como siempre ha leer y disfrutar de las entradas mientras sigan vivas, porque durante éste año he estado puliendo algunas y eliminando otras. Sí, no sirve para nada, pero me sirve a mí. Un proceso de mejora un “remake HD” – de esos que tanto gustan hoy en día – para que el lector se sienta cómodo leyendo algo sobre videojuegos.
De hecho, y hablando de lectura, sé que para muchos este blog es el tedio personificado, para otros un lugar de culto y para una gran mayoría otro blog más. Para mí es un diario de abordo, un banco de pruebas, el inicio de algo que pronto dará su fruto y una satisfacción personal. Y de esto se trata, de vivir con satisfacción porque ya tenemos suficiente con las cosas que la vida nos aporta, tanto buenas como malas, como para ir cabreándose porque un blog deja de gustar.
Under My Mind sigue su camino, de hecho mis letras siguen ocupando espacios en blanco en el hijo bastardo de una madre alcohólica y algo desesperada por intentar ofrecer algo diferente al lector. Ze[h]n Games es ese proyecto, una extensión de Under My Mind, un hijo compartido con amigos y gente que tiene la misma forma de entender el sector. Un objetivo que va cumpliendo poco a poco sus metas y un lugar donde dejar texto para luego orgulloso leer y hacer autoreflexión.
En los inicios recuerdo ponerme a escribir casi sin parar hasta rellenar y “vomitar” todo aquello que pensaba. Sin parar, sin releer, sin casi ni atender a las normas de ortografía (sí, lo sé, pero era parte del desfogue) y aunque no se lo crean la cosa ha ido complicándose mucho más. Poco a poco esto ha ido cambiando, la estética cambió, el tipo de entrada se volvió a platear e incluso la forma de crear el contenido. Algo que debía pasar, una forma de madurar y rizar un poco más el rizo. Porque sí, Under My Mind tiene un estilo muy peculiar, tanto que ha sido gracias a este estilo con el que se ha llegado al cenit, a la cúspide de lo que el blog podría dar de sí.
Todo camino tiene recompensa, de hecho la mía – la más personal – verá como cobra vida con la primera inclusión de un artículo en la próxima revista Games Tribune Magazine. Un objetivo compartido, algo que no se puede entender sin el otro padre – porque ninguno de los dos queremos adoptar el papel de madre – de esa evolución anteriormente nombrada como Ze[h]n Games. Y sí, continuaré escribiendo aquí cuando me plazca, aunque siempre que pasa un día más sin escribir pienso que la muerte se acerca y que Under My Mind debe adquirir otro formato, quizás un libro, quizás una revista quien sabe o como algo que todavía no se ha inventado.
Tres años, y sin concurso, no como antaño, por cansancio, por no tener sentido y porque no lo veo necesario. Tres años que han dado incluso para entender que de poco vale intentar crecer sólo en un mundo cooperativo, en un mundo donde la gente busca de una manera u otra juntarse para decidir que hacer, y depende del dinero de otros para llevar a cabo sus proyectos. No hay duda, tres años que han cambiado mi vida para bien, para mejor y donde los cambios sufridos son tantos que no puedo más que agradecer a cada una de las partes implicadas de venir aquí y pasar un rato de su vida. ¡A todos vosotros un millón de gracias!
Nota: La cabecera será reemplazada en cuanto mi PC original retorne a a casa.