Revista Cine
Directora: Carine Adler
"Under the Skin" es, tras un buen puñado de cortometrajes, la opera prima de Carine Adler, directora brasileña que luego no ha vuelto a dirigir nada más, lo que hace de su debut en el largometraje también su última incursión (la verdad es que dudo vaya a dirigir algo más, si ya han pasado más de veinte años). El 2002 se casó con un político inglés que fue ministro y que al parecer tiene el título de Barón, lo digo porque me pregunto si eso tiene algo que ver con que no haya continuado su carrera cinematográfica, considerando la calidad del presente film, protagonizado por una Samantha Morton que, me consta, ha tenido sus roles más interesantes y potentes en su primera etapa como actriz (recordemos la curiosa y singular "Morvern Callar", de cuando Lynne Ramsay aún hacía buenas películas); de hecho acá tenía 19 o 20 años y su estilo demuestra una contención tan bien trabajada como su ferocidad interpretativa. Samantha Morton interpreta a una joven mujer cuya vida, tras la muerte de su madre, comienza a desmoronarse progresiva pero irremediablemente en una espiral que tiene tanto de solitario autodescubrimiento como un cuasi suicida deseo de degradación, expresado sobre todo a través de su incomprendida y vilipendiada sexualidad. Tiene una hermana mayor, favorita de la fallecida, casada con un buen sujeto y más encima embarazada. Ella, en cambio, abandona al novio, apenas tiene dinero, un trabajo de mierda, sus amigas no quieren nada con ella a raíz de su promiscuidad (¡las muy santas y beatas!), y la mayoría del tiempo se dedica a caminar semi-borracha, vestida como su madre (primera ruptura consigo misma), por las sucias y grises calles de su ciudad, aceptando las insinuaciones de cualquier canalla de tercera, y sin embargo no encuentra aquello que busca, acaso verdadero cariño, autenticidad en los afectos, alguien o algo que pueda unir, en una sola entidad, su complejo mundo interior con su igual de compleja forma de relacionarse con el mundo exterior. Cómo desahogarse en un mundo que la ahoga lleno de gente que la asfixia y relaciones que la sofocan, tal parece ser su conflicto. No tiene apoyo, por eso cae y cae. Nadie la escucha, por eso calla y calla. Desprecio recibe, por eso se destruye y destruye.Vale la pena destacar otro título con intenciones y resultados similares (esta observación no lleva mala intención; ambas películas me gustaron): "Sommersault", de Cate Shortland, en donde una joven, no sé si adolescente aún o recién saliendo de la adolescencia, perdida, vaga por ahí, relacionándose con los demás a través del sexo, o del contacto físico, corporal, el lenguaje de la piel sustituyendo al emocional, al mundo interior. Y la puesta en escena, deudora de la sensualidad y sensibilidad sensorial de Claire Denis, con esa cámara seductora e íntima, que flota capturando y expresando lo mágico y lo sórdido de estas vidas retratadas. ¿El realismo y el romanticismo?
Lo dicho: lástima que la directora no haya continuado con su carrera, porque "Under the Skin" es una verdadera joya, tanto a nivel narrativo como formal (ya ni hablemos de la dirección de actores), de una madurez sobresaliente para ser una opera prima. Totalmente recomendable, no se la pierdan.
¿Se podrán encontrar los cortos de Adler?