Revista Opinión
Vemos cómo países del Magreb se hayan en pie de guerra y cómo esta revolución que comenzó en Tunez se está extendiendo como mancha de aceite por muchos más rincones del continente africano.
Es el deseo de libertad expresado por millones de personas que han vivido bajo el yugo de regímenes dictatoriales y corruptos. Regímenes consentidos por la complaciente Unión Europea y apoyados por Estados Unidos en la medida de que eran útiles para sus intereses.
Mientras esto ocurre, hay que denunciar con toda la rotundidad el que haya sido nombrado presidente de turno de la Unión Africana, durante un año, el dictador y sanguinario Teodoro Obiang.
Human Right Watch publicó el Informe Mundial 2011 la semana pasada, donde acusaba formalmente a Teodoro Obiang de someter a tortura a sus opositores y de robar cantidades ingentes a su país.
Ha sido acusado de fraude electoral en las últimas elecciones celebradas en 2009 en la que Obiang ganó con un 95,4% de los votos.
En el capítulo dedicado a Guinea Ecuatorial se pone de manifiesto cómo ha hecho su gran fortuna, la cual procede de las reservas de petróleo del país, explotadas para su propio beneficio, mientras la población de Guinea Ecuatorial vive en la extrema pobreza.
Un ejemplo de la más abyecta corrupción que denuncia HRW es que el hijo de Obiang, conocido como Teodorín, que es el actual ministro de Agricultura y Bosques, se gastó en bienes de lujo entre 2004 y 2007 una cantidad equivalente al doble del presupuesto del gobierno ecuatoguineano para salud en 2005.
Guinea Ecuatorial es en la actualidad uno de los 30 primeros productores mundiales de petróleo y gracias a los ingresos por la venta de crudo, es uno de los 60 mayores ingresos per cápita del mundo. Todo a beneficio del sanguinario Obiang y de sus amigos.
El 60% de la población vive con menos de un dólar al día. La mitad de las casas carecen de agua potable y tiene una de las tasas de mortalidad infantil más altas del planeta. El 20% de los niños muere antes de llegar a los cinco años de edad.
Según datos de 2009, una consulta médica costaba 60 dólares, mientras que el salario mínimo mensual oficial es de 186 dólares, según UNICEF.
No sigo, porque es interminable los datos y me pongo enferma de rabia y de vergüenza. Porque es indignantemente vergonzoso que la comunidad internacional consienta, primero que siga de presidente en su país, y ahora que sea nombrado presidente de turno de la Unión Africana.
Si tienen tiempo vayan a los enlaces.
En definitiva no es de extrañar las revueltas de los ciudadanos por muchos países africanos contra el abuso, la tortura y la codicia de sus gobernantes y la connivencia de Occidente.