Con el destino de la moneda única cada vez más incierto, los líderes europeos vieron cómo ayer los mercados sacudieron nuevamente a las bolsas tumbando al piso a los principales indicadores. Italia se movió a una velocidad alarmante configurándose en el epicentro del contagio, con el agravante de que su deuda es equivalente al doble de las deudas combinadas de Grecia, Irlanda y Portugal. El rescate de la tercera economía de la eurozona es algo inalcanzable y podría gatillar el fin de la moneda única mucho antes que cualquier pronóstico.
¿Se culpará a los italianos de flojos, borrachos y corruptos como tiende a hacerse habitualmente con los griegos? ¿Se emplearán esos mismos adjetivos cuando la crisis cale a fondo en España? Como he advertido en numerosos artículos, la situación financiera es ingobernable dado que toda la estructura financiera fue abducida por el fraudulento esquema ponzi de crear dinero de la nada. Como lo he advertido, esta crisis sólo terminará cuando colapse del todo el actual sistema financiero.
Lea este artículo en El Blog SalmónUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización