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Universidades Abiertas, de camino a los 100 años de la Reforma

Publicado el 15 diciembre 2017 por Wahni

Hace casi cien años, en una Córdoba distante y mediterránea, un conjunto de estudiantes se rebelaron ante las autoridades eclesiásticas que conducían la Universidad de Córdoba. Reclamos de participación, de libertad de cátedra, de una república universitaria de iguales.

"La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando" (Roca, 1918) dice uno de los pasajes del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria. En este documento escrito con una prosa impecable y ornamentada, la conducción de la Federación Universitaria de Córdoba, en la pluma de Deodoro Roca, emite su declaración de principios. Ese grito abierto a los hombres libres de américa latina ha resonado por años en los pasillos universitarios de todo el mundo.

Pero... ¿Son las universidades reformistas abiertas? ¿Que significaría el gobierno abierto en el contexto universitario?

Un eje central de las políticas de apertura es el de la participación cívica, el involucramiento de los sujetos de la política pública en sus definiciones y su implementación. Pocas instituciones tienen esta discusión tan resuelta como las universidades reformistas.

El cogobierno es una expresión cabal de un sistema democrático que reconoce a sus estratos (claustros), le asigna una cuota de representatividad a cada uno de ellos y le permite que periódicamente renueve sus representantes. De hecho esto también se ha transformado a lo largo de los años, reconociendo hacia dentro de su conformación a nuevos estratos que merecen ser parte del gobierno, o separando representaciones diferentes. En este sentido se destaca la incorporación de los trabajadores universitarios o la distinción entre los graduados que ejercen un rol docente y los que no.

La colaboración es otro de los pilares del gobierno abierto. Y la universidad reformista también tiene su correlato para este principio. La extensión de hecho es uno de los pilares del reformismo, donde se le asigna a las universidades el rol no sólo de generar conocimiento (a través de la investigación) y transferirlo a sus alumnos (a través de la docencia), sino que se compromete a volcar ese conocimiento de forma aplicada sobre la sociedad de la que la universidad es parte.

La multidisciplinariedad es un elemento clave en este sentido, y claramente son las universidades uno de los mejores ámbitos para promover estas prácticas. Las ramas del conocimiento combinadas para la solución de problemas reales del entorno es un camino directo a la innovación.

Hasta ahora venimos describiendo un escenario de consecuencia entre un proceso y el otro. Con grandes coincidencias en los sentidos filosóficos, lógicamente puestas en contextos de sus tiempos históricos y alcances. Hasta que llegamos a la tercer pata del gobierno abierto, quizás el pilar sobre el cuál los otros descansan en algún punto. La transparencia.

Hasta este momento no había sido un tema tratado en el seno de la Universidad como un reclamo generalizado, de hecho caracterizarlo de esa forma podría ser exagerado. Pero si tiene que ver con los esfuerzos que de a poco se van vislumbrando en las gestiones universitarias de cara a sumar a las casas de altos estudios a esta tendencia que en la administración pública en general ya tiene su recorrido.

En Argentina se da una circunstancia particular fruto de la aprobación de la Ley 27275/16 que garantiza el Derecho al Acceso a la Información Pública e incluye entre sus sujetos obligados a las Universidades Nacionales. La necesidad de adecuarse al nuevo marco normativo acerca posiciones hacia la conversación a favor de la transparencia como una política institucional, así como también genera incomodidades. En parte por la postura autonomista de las universidades, que sin duda debe ser respetada y puesta en valor, cada Consejo Superior deberá tomar postura sobre como interpreta e incorpora los derechos planteados en la Ley a sus propia normativas y procedimientos administrativos. Existen también algunos casos como el de la Universidad de Buenos Aires que tiene su propio programa de " Universidad Abierta " (UBA, 2010) donde se plantean algunos desafíos del gobierno abierto previo a la sanción de la Ley. Es interesante ver si en el próximo tiempo veremos esta idea esparciéndose con mayor fuerza en el sistema universitario nacional.

La versión original de este artículo fue presentado en las Jornadas Académicas de la Alianza por el Gobierno Abierto, coordinadas por el GIGAPP y realizadas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.


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