Una lectora, Claudia, me ha contactado para solicitarme que escriba acerca de la relación entre la masonería y las universidades.De hecho, siendo más exacto, ha solicitado que escriba sobre la fundación de universidades por parte de los masones.Para ello, he revisado algunos documentos de acceso en internet para efectos de poder escribir esto de una manera medianamente informada.
En primer lugar, para quienes consideren conveniente revisar el tema desde el punto de vista colombiano, recomiendo que inicien revisando el escrito de Javier Ocampo López, que se encuentra disponible en internet, titulado “Los orígenes oficiales de las universidades republicanas en la Gran Colombia 1826-1830”.Encontrarán allí una lectura favorable a la intervención de los ideales liberales defendidos también por los masones.Particularmente, se trata de ver cómo en los inicios de la vida republicana grancolombiana fue tema de discusión la visión utilitarista de Bentham en la educación, así como en la cultura jurídica.Precisamente, Francisco de Paula Santander, de reconocida filiación masona, fue defensor de estos ideales.
Imagen tomada de: www.taringa.netDe hecho, resulta interesante que en más de uno de los textos que consulté, se insinúa (en otros se menciona abiertamente) que la masonería estuvo detrás de la conspiración septembrina, destinada a tumbar a un Bolívar dictador.Las razones que llevarían a esta clase de especulaciones devienen de la defensa que realizara Simón Bolívar de una visión tradicionalista de la educación, que implicaba preponderancia de la Iglesia –y por ende de sus ideales y dogmas– en la educación.Bolívar prohibió la enseñanza de Bentham, y esto era literalmente una bofetada para los masones.Cabe aclarar que los masones señalan que Bolívar era masón.Sin embargo, parece que el apetito de poder y la vida política dio un giro en el pensamiento de Bolívar que lo hizo enfrentarse a otros masones, como es el caso de Santander.
No es ese el único caso de rupturas entre masones.Para más información, recomiendo el artículo publicado en la Revista Don Juan titulado “El poder de los masones”, que si bien no es la mejor fuente para efectos de considerarlo de alto rigor científico, sí incluye entrevistas a masones reconocidos que aportan algunos datos interesantes.Tanto en este artículo como en otros textos consultados, resulta claro el vínculo entre la masonería y la Universidad Libre, creada por el General Benjamín Herrera, bajo ideales masones llevados al ámbito educativo.
También, en un texto escrito por la historiadora Jimena Samper, también disponible en la red, afirma la autora que la Universidad Nacional fue el fruto del impulso dado por intelectuales masones con miras a la liberalización de la educación.En efecto, se observa que a lo largo de la historia, esta universidad ha sido guiada por el pensamiento liberal en materia de cátedra, así como la libertad y la igualdad en cuanto a los requisitos de ingreso a la misma.Eso ha sufrido algunos cambios, pero en esencia, se conserva el ideal.
En cuanto al tema de la educación, es interesante observar que la masonería colombiana surgió como una inquietud de algunos estudiantes ilustres de la época colonial y pre-independentista.Se resalta con bastante frecuencia la labor de Antonio Nariño en este sentir, y cómo parte de su labor política derivaba de una materialización de su perfil masón en aras de la libertad, la fraternidad y la igualdad, principios orientadores y pilares fundamentales de la revolución francesa (y las revoluciones derivadas de aquella).
En la actualidad, el círculo se cierra y lo que antes surgió como una reunión de intelectuales, probos y librepensadores, llevó a que en la actualidad las logias ya constituidas se enfoquen de manera determinante en la educación formal.Las universidades no son una causa sino un objetivo.Con ello, y la falta de trabas que actualmente existen en la legislación colombiana, pueden cerrar el círculo.La educación, la erudición y la libertad serán un medio, y la educación uno de sus objetivos.
Para una sociedad secreta que vive de sus obras, como lo hacían los primeros masones agremiados, al parecer la educación formal entra en sus planes como una de ellas, como quizás en un momento lo pensó Santander en la época grancolombiana.Por ahora, parece ser que existe influencia que trasciende las ‘universidades amigas’ y la libertad universitaria y la libertad de cátedra parecen ser herramientas que perfectamente pueden ser utilizadas por los grupos masones para influir (objetivo que algunos se niegan a reconocer abiertamente) y para realizar obras buenas, basadas en sus ideales filantrópicos.
No en vano vemos que en la entrevista de Don Juan ya reseñada y en el escrito de Víctor Hugo Vallejo, que data de 2001, se hace referencia a que muchos de los miembros de las logias son precisamente profesores universitarios e intelectuales.Parecería que el tema está abierto desde hace bastante tiempo, y si existen limitantes, serán de índole presupuestal.
En un par de oportunidades he podido conversar con personas que pertenecen a la masonería, y por las referencias que allí indican, no solo algunas de las altas esferas del poder público cuentan con masones en sus filas, sino que la educación formal también.En efecto, algunos de ellos se encuentran tanto en unas como en otras, y por tanto, parece ser que en la actualidad la masonería ve en las universidades una fuente y un objetivo, simultáneamente.