Los primeros cómics Marvel identificados como tales tuvieron que sobrevivir en un clima social particularmente adverso. Tras constatar que las protestas ciudadanas repercutían cada vez más en las anémicas cifras de ventas, Martin Goodman decidió pasar a la ofensiva con dos editoriales a toda página reproducidos en diversos cómics entre Noviembre de 1948 y Marzo de 1949, a los que seguiría un anuncio en el Nº 7 de la serie Western Winners, con fecha de portada de Diciembre de este último año. En un esfuerzo por distanciarse de las polémicas revistas de terror de EC Comics, la publicidad insistía en las bondades de la nueva línea de publicaciones, exhibiendo por partida doble su reciclado emblema circular. Además, el así denominado Marvel Comic Group (sin la “s”) formulaba la siguiente petición: “A la vista de nuestros esfuerzos tendentes a publicar únicamente lo mejor en entretenimiento, apto para jóvenes y mayores, solicitamos que las revistas con el sello Marvel se enseñen a progenitores y docentes que se hayan mostrado críticos con los cómics. Consideramos que un examen de dichas revistas proporcionará sobrada evidencia de que los cómics Marvel son una buena lectura”. El mensaje se acompañaba con el eslogan “Marvel Comic, el símbolo de un buen cómic”.
Para insuflar “credibilidad científica” a tan peculiar manifiesto, se recurrió al aval de la psiquiatra Jean Thompson, cuyo fichaje en calidad de asesora editorial se había concretado el año anterior. El cometido de la doctora Thompson consistía en leer las historias y aprobar sus contenidos generales, presentando sugerencias para mejorarlos.

Así es como se presentaba el Marvel Comic Group en la página editorial de Complete Mystery Nº 4 (Febrero de 1949). Fijaos en el diseño del rótulo… ¿No os resulta sospechosamente familiar?
El texto refutaba cualquier pretendida vinculación entre los comic books y la criminalidad juvenil, subrayándose que hasta el 93% de los jóvenes estadounidenses de la época leía tebeos.
Al final, todo el numerito propagandístico orquestado por Timely, incluyendo aquel primer ensayo de autocensura con vaselina, no serviría para aplacar las iras de quienes habían puesto los comic books en su punto de mira. Fuera por este u otro motivo, el primer distintivo marveliano tuvo una existencia casi tan fugaz como la de las logoformas, desapareciendo por completo tras las entregas correspondientes a Junio de 1950. Hay que decir que los coloristas parecían no aclararse demasiado cuando se trataba de alinearlo a uno u otro lado, aunque no parece probable que ese fuera un factor determinante a la hora de decidir su supresión.
1951 vería el nacimiento de una nueva marca para la compañía. A diferencia del anterior, el logo de Atlas se presentaba como un globo casi diminuto, desprovisto de cualquier color de fondo que pudiera prestarse a la confusión. Fue con este sello corporativo con el que sobrevendría la implantación del Comics Code, ya a mediados de 1954. Pero, ojo, que también aquí la historia oficial necesita ser revisada: Timely llegó a utilizar un distintivo de Atlas muy similar… ¡en el año 1943! Este emblema original de Atlas era a color y sólo pudo verse en cuatro publicaciones específicas que el tiempo ha convertido en codiciadas piezas de coleccionista: The Human Torch Nº 14, Terry-Toons Comics Nº 17, Captain America Nº 36 y Comedy Comics Nº 22. El cómic de The Human Torch llevaba fecha de portada de Invierno de 1943, mientras que las otras tres cabeceras entraban ya en los primeros meses de 1944. Aquí mismo podéis comparar ambos logos…

Tal como ya apuntamos en nuestra anterior sección, el propósito fundamental que se perseguía con aquellas primeras logoformas no era otro que hacer más visibles las portadas en los abarrotados newsstands. Su diseño rectangular, ideado por Steve Ditko, sería objeto de multitud de alteraciones con el paso de los años, estilizándose o ensanchándose según dictara el criterio del director artístico de turno. Las cubiertas también sufrirían numerosos cambios, estimándose que la editorial ha podido emplear del orden de 150 diseños diferentes a lo largo de su historia, contando también los que identifican líneas separadas o grupos de colecciones. Abordaremos el tema con más detalle en una próxima sección, pero hoy querríamos aprovechar el espacio que nos resta para rendir nuestro pequeño tributo a toda esa simbología que algunos parecen haber arrinconado por considerarla obsoleta.

Personalmente, creo que cometeríamos un error si diéramos por bueno ese argumentario de los expertos en grafismo según el cual las logoformas no aportan nada y limitan el diseño de las cabeceras. Claro que las logoformas deben evolucionar y modernizarse, como todo en esta vida, pero lo que no tiene sentido es eliminarlas de un plumazo como se hizo en su momento. De un tiempo a esta parte, Marvel sólo las hace servir en ocasiones muy puntuales, sobretodo para celebrar aniversarios o para darle un toque “retro” a las portadas variantes. A mí eso me parece infrautilizar algo a lo que podría sacársele mucho más partido. Como siempre, el truco está en hacer las cosas con imaginación y creatividad… Por ejemplo, ¿qué os parecería un mes “temático” donde todos los cómics Marvel llevaran logoformas ilustradas por nuestro compatriota David Aja? Si es que incluso desde un punto de vista estrictamente comercial sería un acierto. ¡Seguro que subían las ventas!
Otro tanto podría decirse del emblemático “Marvel Comics Group”, que en opinión de no pocos aficionados quedará para siempre como la denominación definitiva de la editorial… bueno, quizá no tan definitiva. Hoy en día las referencias corporativas son múltiples: Marvel Characters, Marvel Worldwide, Marvel Entertainment o Marvel a secas, por no mencionar al omnipresente Marvel.com. Llamadme nostálgico si queréis, pero dudo mucho que ninguna de ellas pueda alcanzar nunca la resonancia emocional que tenía aquella denominación primigenia.
Y por eso, porque reivindicamos el Marvel Comics Group y porque pensamos que las logoformas siguen conservando toda su vigencia, pese a quien pese, vamos a finalizar este artículo con un juego pensado para poner a prueba no sólo vuestros conocimientos comiqueros, sino también vuestras dotes de observación.
Ahí va el reto: ¿Seríais capaces de identificar las colecciones a las que pertenecen las logoformas que vamos a reproducir a continuación?

Con el fin de no complicarnos más de la cuenta, hemos preferido centrar nuestro criterio de selección en el Universo Marvel tradicional, prescindiendo de licencias, barverversos, shadowlines y demás derivaciones decibélicas. Como mínimo, la pista os ayudará a estrechar el campo de búsqueda, aunque ya os aviso que para acertarlas todas hay que tener un “master” en historia marveliana contemporánea…
A ver, estrujaos un poco esas meninges: ¿dónde creéis que podrían haber coincidido Spiderwoman, el Motorista Fantasma y el Capitán Marvel original? ¿La logoforma de Lincoln era por algún aniversario patriótico? Y la figura de Muerte, ¿barruntáis que tiene algo que ver con Thanos? Lo del reloj de arena está facilito, ¿no? Tal vez la más complicada de adivinar sea la que muestra a la pareja de delfines… ¿Estaríamos hablando de un cómic protagonizado por Namorita, o se trata de un Marvel Team-Up descatalogado?
Casi mejor me ahorro los comentarios, que si no voy a liaros aún más. Para conocer las respuestas correctas tendréis que esperar a nuestra próxima sección, pero vamos a proporcionaros una ayudita a modo de preview que puede serviros para terminar de atar cabos. Ahí van las diez cabeceras norteamericanas a las que corresponden las logoformas de nuestro juego, ordenadas alfabéticamente:
•Avengers •Captain America •Fantastic Four vs. the X-Men •Incredible Hulk •Machine Man •Marvel Spotlight •Marvel Team-Up •Power Pack •Silver Surfer: Parable •What If
Ahora es cosa vuestra emparejar a cada oveja con su logoforma, como buenos Sherlocks marvelianos. Ánimo y al toro… o mejor dicho, ¡al delfín!
Miguel G. Saavedra

Este es el anuncio que se insertó en las páginas interiores de la serie Western Winners Nº 7 (Diciembre, 1949). Llama poderosamente la atención que el nombre de la flamante asesora apareciera destacado con un cuerpo de letra más grande que el del propio logo. Previamente, la doctora Thompson había llegado a figurar incluso en el encabezamiento de las propias historietas, casi como si fuera una precursora del célebre “Stan Lee presents”.

Que el emblema original de Atlas se exhibiera únicamente en cuatro cómics no deberíamos considerarlo algo tan excepcional, habida cuenta que los indicativos editoriales de portada apenas se dejaron ver a lo largo de toda la Golden Age. El sello de Timely, con sus distintas variantes, tan sólo hizo acto de presencia en las cubiertas de once publicaciones, aunque sí se utilizara a menudo en páginas interiores. Volveremos sobre esta cuestión dentro de un par de meses, pero nuestro portafolio extra de hoy lo tenemos reservado para aquellos singulares “4 Fantásticos” de Atlas a todo color…




Con muchos sobresaltos de por medio, el segundo logo de Atlas –en blanco y negro- lograría mantenerse a flote entre los años 1951 y 1957. Como podéis comprobar en la siguiente portada de Kid Colt Outlaw, el tamaño de reproducción era sustancialmente menor, tanto que a veces costaba distinguirlo. En un periodo turbulento para la industria de los comic books, tal vez interesaba que la marca pasara lo más desapercibida posible…
