Revista Salud y Bienestar
Uno de cada cuatro casos de trastorno de la identidad sexual en el adolescente persiste en la edad adulta
Por Fat
Cada vez son más numerosos los casos manifiestos en la infancia y la adolescencia relacionados con la disforia de género (término técnico con el que se designa a las personas que tienen una contradicción entre su "sexo psicológico" y su "sexo biológico "). El motivo, explica la coordinadora del nuevo Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición sobre Identidad y Diferenciación Sexual (GIDSEEN), la doctora Isabel Esteva, tiene que ver con la apertura de la sociedad española a tratar este tipo de cuestiones reflejada en el cambios del Sistema Nacional de Salud a la hora de tratar este tipo de patologías.
Por otra parte, diversos estudios realizados en Europa , han puesto de manifiesto que uno de cada cuatro adolescentes que manifiesta algún tipo de trastorno relacionado con su identidad de género, lo mantiene durante su edad adulta. “En nuestro país, la prevalencia del trastorno de identidad de genero es de 1 entre 10.000 habitantes, cifras muy similares a las de nuestro entorno, pero muy por debajo de las estimaciones iniciales realizadas por el sistema sanitario español”, asegura la experta.
La transexualidad, caracterizado por una identificación acusada y persistente con el otro sexo, por un malestar persistente con el propio sexo y por un sentimiento de inadecuación con el rol genérico que provoca un profundo malestar psicológico y alteraciones significativas en el área social, ocupacional o en cualquier otro aspecto importante del funcionamiento, es el tipo más extremo de trastorno de identidad de género. “La asistencia sanitaria recomendada en los últimos años para las personas transexuales debe ser multidisciplinar, conformando un equipo de psicólogos, psiquiatras, endocrinólogos y cirujanos con experiencia en distrofia de genero”.
Sin embargo, aunque se ha avanzado en el tratamiento de estos pacientes, aún queda mucho trabajo por hacer; solo nueve comunidades en nuestro país han elaborado actuaciones para el abordaje de estas patologías y tan sólo 4 contemplan la realización de cirugía genitoplástica. La primera en incluir todas las cirugías de reasignación sexual fue Andalucía en el año 1999, seguida de Madrid, Cataluña y País Vasco, quienes incluyeron esta cirugía en 2008. Aragón, Asturias, Islas Canarias, Navarra y la Comunidad Valenciana son el resto de comunidades que han trazado algún tipo de estrategia sanitaria para estos pacientes.
Teniendo en cuenta que uno de los procedimientos más importantes en la reasignación sexual es el quirúrgico, puede deducirse que, las propuestas de equidad en la atención a estas personas no se cumplen en todas las regiones, especialmente por la carencia de intervenciones genitoplásticas de forma casi generalizada. A la luz de estos datos, podemos indicar, asegura la doctora Esteva, que “la distribución geográfica y la oferta terapéutica es dispar, con escasa incorporación de procedimientos genitoplásticos en la mayoría de las regiones, lo que dificulta la accesibilidad de muchas personas transexuales a unidades de su entorno geográfico, ya que hay un amplio territorio nacional que no ofrece cobertura alguna al colectivo transexual”. El 55% de los equipos multidisciplinares de las nueve comunidades que llevan a cabo estrategias de abordaje de este tipo de pacientes no incorporan cirugías genitales y sus miembros no trabajan unidos en el mismo centro hospitalario, lo cual puede dificultar la intercomunicación entre el equipo.
En opinión de esta experta, sería útil disponer de un registro nacional de casos, al menos en los atendidos en el ámbito del Sistema Nacional de Salud (SNS). El respeto a la intimidad de las personas afectadas, la constante movilidad de este colectivo en búsqueda de atención sanitaria y la reciente incorporación de la atención sanitaria organizada han sido algunos de los motivos esgrimidos para justificar la ausencia actual de estos registros. La no inclusión de la cirugía en varias regiones condiciona que los casos estén siendo atendidos en otra comunidad, en la sanidad privada ó nunca hayan solicitado atención sanitaria, siendo difícil conocer la cuantía real de personas transexuales en España.
-Importancia de un correcto seguimiento en el tratamiento de estos pacientes
Aquellas personas que padecen algún tipo de disforia de género o bien algún tipo de diferenciación (es decir, anomalías en el desarrollo sexual gonadal o genital) han de se tratadas de por vida con hormonas. Es en este punto donde reside la importancia de realizar un correcto tratamiento en el seguimiento de estos pacientes. “Estos pacientes están tratados a lo largo de toda su vida, una media de 30-40 años, a base de terapias hormonales cruzadas”, matiza la doctora Esteva.
El endocrinólogo es el especialista que sigue “día a día” este tratamiento realizando aquellas modificaciones en las dosis hormonales que considera oportunas. “Conformar un grupo de expertos sobre el abordaje de esta patología dentro de la SEEN tiene como objetivo abordar de manera clara y unificada la realización de estrategias terapéuticas en estos pacientes, así como informar al resto de especialistas de los diferentes nuevos tratamientos, dosis, riesgos e indicaciones existentes”.
Por otra parte, diversos estudios realizados en Europa , han puesto de manifiesto que uno de cada cuatro adolescentes que manifiesta algún tipo de trastorno relacionado con su identidad de género, lo mantiene durante su edad adulta. “En nuestro país, la prevalencia del trastorno de identidad de genero es de 1 entre 10.000 habitantes, cifras muy similares a las de nuestro entorno, pero muy por debajo de las estimaciones iniciales realizadas por el sistema sanitario español”, asegura la experta.
La transexualidad, caracterizado por una identificación acusada y persistente con el otro sexo, por un malestar persistente con el propio sexo y por un sentimiento de inadecuación con el rol genérico que provoca un profundo malestar psicológico y alteraciones significativas en el área social, ocupacional o en cualquier otro aspecto importante del funcionamiento, es el tipo más extremo de trastorno de identidad de género. “La asistencia sanitaria recomendada en los últimos años para las personas transexuales debe ser multidisciplinar, conformando un equipo de psicólogos, psiquiatras, endocrinólogos y cirujanos con experiencia en distrofia de genero”.
Sin embargo, aunque se ha avanzado en el tratamiento de estos pacientes, aún queda mucho trabajo por hacer; solo nueve comunidades en nuestro país han elaborado actuaciones para el abordaje de estas patologías y tan sólo 4 contemplan la realización de cirugía genitoplástica. La primera en incluir todas las cirugías de reasignación sexual fue Andalucía en el año 1999, seguida de Madrid, Cataluña y País Vasco, quienes incluyeron esta cirugía en 2008. Aragón, Asturias, Islas Canarias, Navarra y la Comunidad Valenciana son el resto de comunidades que han trazado algún tipo de estrategia sanitaria para estos pacientes.
Teniendo en cuenta que uno de los procedimientos más importantes en la reasignación sexual es el quirúrgico, puede deducirse que, las propuestas de equidad en la atención a estas personas no se cumplen en todas las regiones, especialmente por la carencia de intervenciones genitoplásticas de forma casi generalizada. A la luz de estos datos, podemos indicar, asegura la doctora Esteva, que “la distribución geográfica y la oferta terapéutica es dispar, con escasa incorporación de procedimientos genitoplásticos en la mayoría de las regiones, lo que dificulta la accesibilidad de muchas personas transexuales a unidades de su entorno geográfico, ya que hay un amplio territorio nacional que no ofrece cobertura alguna al colectivo transexual”. El 55% de los equipos multidisciplinares de las nueve comunidades que llevan a cabo estrategias de abordaje de este tipo de pacientes no incorporan cirugías genitales y sus miembros no trabajan unidos en el mismo centro hospitalario, lo cual puede dificultar la intercomunicación entre el equipo.
En opinión de esta experta, sería útil disponer de un registro nacional de casos, al menos en los atendidos en el ámbito del Sistema Nacional de Salud (SNS). El respeto a la intimidad de las personas afectadas, la constante movilidad de este colectivo en búsqueda de atención sanitaria y la reciente incorporación de la atención sanitaria organizada han sido algunos de los motivos esgrimidos para justificar la ausencia actual de estos registros. La no inclusión de la cirugía en varias regiones condiciona que los casos estén siendo atendidos en otra comunidad, en la sanidad privada ó nunca hayan solicitado atención sanitaria, siendo difícil conocer la cuantía real de personas transexuales en España.
-Importancia de un correcto seguimiento en el tratamiento de estos pacientes
Aquellas personas que padecen algún tipo de disforia de género o bien algún tipo de diferenciación (es decir, anomalías en el desarrollo sexual gonadal o genital) han de se tratadas de por vida con hormonas. Es en este punto donde reside la importancia de realizar un correcto tratamiento en el seguimiento de estos pacientes. “Estos pacientes están tratados a lo largo de toda su vida, una media de 30-40 años, a base de terapias hormonales cruzadas”, matiza la doctora Esteva.
El endocrinólogo es el especialista que sigue “día a día” este tratamiento realizando aquellas modificaciones en las dosis hormonales que considera oportunas. “Conformar un grupo de expertos sobre el abordaje de esta patología dentro de la SEEN tiene como objetivo abordar de manera clara y unificada la realización de estrategias terapéuticas en estos pacientes, así como informar al resto de especialistas de los diferentes nuevos tratamientos, dosis, riesgos e indicaciones existentes”.
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