Revista Opinión
Murió Gary Becker. Uno de los grandes. Un magnífico economista, con aciertos y errores, claro, como tantos otros. Uno de los hombres de Chicago que era visto, en mis años de Facultad, con desdén por profesores que no sabían nada de economía. Liberalizar el mercado de trabajo para que sea tan fácil entrar como salir de él. Bajar impuestos para reactivar la economía y evitar el fraude. Cosas que, tengo la sensación, son elementales. Recuerdo una de sus conferencias, hace años en un acto organizado por FAES, en las que desgranaba cuáles eran los principales problemas de los mercados de trabajo europeos. Economía sin determinismos, sin fórmulas mágicas para explicar situaciones complejas. Sin intentar forzar el fuste torcido del ser humano para entenderlo o hacerlo mejor..Murió un grande.Sit tibi terra levis.