La moda de “lo ecológico” no es sólo una costumbre pasajera. Cierto es que las grandes corporaciones se apuntan a “lo verde”, pero no está en nosotros criticar si sus motivos son altruistas o puramente económicos. Como pequeños maquiavelos positivos, creemos que, siempre que el fin y los medios son éticos, y por descontado, los grandes beneficiados son los consumidores y la madre tierra, deberíamos celebrar las iniciativas populares… e incluso populistas.
Lo que ya gusta menos es la falta de transparencia de ciertos productos y la alegría en regalar la vista: “Beneficioso para…”, “Respetuoso con el medio ambiente”, “Algodón orgánico…”. No es verde todo lo que reluce; a nuestro juicio, se está infringiendo la norma de la transparencia radical que tanto nos gustaría aplicar.
El laboratorio lmpetus destapó el escándalo de H&M, demostrando que el 30% de las muestras de algodón orgánico contenía algodón modificado genéticamente. Esta investigación puso de manifiesto la falta de rigor en algunos productos baratos que se venden bajo supuesta etiqueta ecológica. En el momento en el que se permite la entrada de semillas modificadas genéticamente y no se establecen los controles adecuados, la contaminación de los cultivos tiende a ser un hecho. Y en Cooliflower nos duele. Nos duele porque el esfuerzo realizado por una compañía joven es mayúsculo, aplicando toda la ética y los estándares reales para lograr productos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Finalmente, a pesar de los esfuerzos, la opinión general termina incluyendo a todas las compañías en el mismo saco, para bien y para mal. Competir con multinacionales internacionales ya es suficientemente duro como para luchar contra semi-verdades: O es algodón orgánico o no lo es. O se compensa CO2 o se genera.
Muchas empresas “verdes” consiguen precios muy ajustados, el “cómo” es el misterio. La diseñadora de la marca de tendencia ecológica Bodkin explica sensatamente por qué los precios se incrementan en relación directa con la calidad (VER AQUÍ): “Por la misma razón que un tomate heirloom cuesta mucho más que una caja de McNuggets”.