Revista Salud y Bienestar
Unos niveles bajos de betacaroteno y licopeno podrían aumentar el riego de enfermedades cardiacas
Por Fat
De acuerdo con un reciente estudio realizado en Finlandia, unas concentraciones séricas bajas de betacaroteno y licopeno podrían aumentar el riesgo de infarto agudo de miocardio en los hombres.
En el estudio observacional se midieron durante un promedio de 11,5 años las concentraciones séricas de betacaroteno, licopeno, vitamina A y vitamina E en 1.031 hombres de entre 46 y 65 años para examinar si los niveles de micronutrientes guardan relación con el riesgo de desarrollar infarto agudo de miocardio (IAM). Los resultados del estudio mostraron que los participantes con las concentraciones más bajas de betacaroteno y licopeno presentaban un riesgo significativamente mayor de sufrir IAM. Las concentraciones séricas de vitamina A y E no se asociaron con el riesgo de enfermedad.
La conclusión de los investigadores fue que unas concentraciones séricas bajas de betacaroteno y licopeno podrían aumentar el riesgo de IAM en los hombres. Los resultados de este estudio sustentan así la idea de que la ingesta de alimentos ricos en estos carotenoides puede ser considerada de utilidad en la protección contra el IAM. Por su acción neutralizadora de los radicales libres en condiciones de estrés oxidativo y su efecto preventivo de la modificación oxidativa de la lipoproteína de baja densidad (LDL), los carotenoides podrían proteger contra el desarrollo y progresión de la aterosclerosis, la cual puede dar lugar a enfermedades coronarias y a un aumento del riesgo de infarto de miocardio.
La investigación sugiere que los antioxidantes comunes, entre los que se encuentran los carotenoides, podrían utilizarse en la prevención de enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas y enfermedades coronarias. Varios estudios epidemiológicos han demostrado que un consumo elevado o unos niveles plasmáticos altos de carotenoides están relacionados con un menor número de episodios cardiovasculares. Según esta información, las concentraciones altas en plasma o en el tejido adiposo o bien la ingesta de carotenoides en la dieta ayudaría a proteger contra el riesgo de infarto agudo de miocardio. No obstante, algunos estudios no han hallado relación entre la ingesta dietética y los niveles plasmáticos de carotenoides y el infarto agudo de miocardio.
En el estudio observacional se midieron durante un promedio de 11,5 años las concentraciones séricas de betacaroteno, licopeno, vitamina A y vitamina E en 1.031 hombres de entre 46 y 65 años para examinar si los niveles de micronutrientes guardan relación con el riesgo de desarrollar infarto agudo de miocardio (IAM). Los resultados del estudio mostraron que los participantes con las concentraciones más bajas de betacaroteno y licopeno presentaban un riesgo significativamente mayor de sufrir IAM. Las concentraciones séricas de vitamina A y E no se asociaron con el riesgo de enfermedad.
La conclusión de los investigadores fue que unas concentraciones séricas bajas de betacaroteno y licopeno podrían aumentar el riesgo de IAM en los hombres. Los resultados de este estudio sustentan así la idea de que la ingesta de alimentos ricos en estos carotenoides puede ser considerada de utilidad en la protección contra el IAM. Por su acción neutralizadora de los radicales libres en condiciones de estrés oxidativo y su efecto preventivo de la modificación oxidativa de la lipoproteína de baja densidad (LDL), los carotenoides podrían proteger contra el desarrollo y progresión de la aterosclerosis, la cual puede dar lugar a enfermedades coronarias y a un aumento del riesgo de infarto de miocardio.
La investigación sugiere que los antioxidantes comunes, entre los que se encuentran los carotenoides, podrían utilizarse en la prevención de enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas y enfermedades coronarias. Varios estudios epidemiológicos han demostrado que un consumo elevado o unos niveles plasmáticos altos de carotenoides están relacionados con un menor número de episodios cardiovasculares. Según esta información, las concentraciones altas en plasma o en el tejido adiposo o bien la ingesta de carotenoides en la dieta ayudaría a proteger contra el riesgo de infarto agudo de miocardio. No obstante, algunos estudios no han hallado relación entre la ingesta dietética y los niveles plasmáticos de carotenoides y el infarto agudo de miocardio.
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