María José Mures nace el 4 de Abril de 1970 en Fernán Núñez, Córdoba, España. Es diplomada en Educación Especial por la Universidad de Córdoba y habilitada en Educación Infantil por la UNED. Es Máster en logopedia “Rehabilitación de los trastornos del lenguaje y el habla” por la Universitat Politècnica de Catalunya. Sus libros editados son: · Antes del Amor, Fernán Núñez, 2001 · Zahorí, Valencia, 2004. Libro de relatos. · Cambalache, Madrid, 2005. Libro de poesía erótica. · Está incluida en Antología de poetas de Fernán Núñez, 2006.
En 2002 gana el segundo premio de poesía en Alfafar, Valencia. En 2007 gana el primer premio del V Concurso Nacional de Poesía Caños Dorados, con el poemario Entre la espada y tú amor. Ha colaborado en el libro Romances y Canciones de Amor II, edición patrocinada por la Diputación Provincial de Ciudad Real, 2006. Blogs: Palabra visual María José Mures
POEMAS:
Los lados del ecuador
Espera la piedra abierta con el queroquero en cielo azul.
Un paisaje dentro de otro ¿fractal o matrioska? La casa que calienta es la de tus labios o tu mano investigando a los lados del ecuador buscando latitudes.
Hilo de Vida
Con
un hilo que me dio
hice mi tela de araña,
me dio vida,
a punto del precipicio.
Quiero amarte
Quiero amarte, decir más es estropearlo llegar a ti como tú imaginas.Metida en mí pero fuera de sí así quiero amarte con el gemido de la más valiente.
Cómo decir
Cómo decirte que sin ti... el mundo... los mapas... los mapas del mundo, los océanos... la noche... los océanos de la noche, mi cuerpo... la ausencia... mi cuerpo en tu ausencia, tu sexo... mi boca...Hilo de vida
Con un hilo que me dio
hice mi tela de araña,
me dio vida,
a punto del precipicio.
Tu presencia
En cada gesto de tu presencia desnuda robas mi suspiro, dilatando las pupilas ciegas que brotan de mis senos.
Yo, sensible de tu presencia me vierto sobre ti formando una silueta. Sin palabras precisas nacieron sentimientos llenos que nos envuelven y atan, sólo el amor del silencia nos guía esta noche.
No dijimos nada al oír el grito de tu cuerpo y el mío. Callamos... gritos mudos surgidos que cubrimos sin prisa entre sábanas de seda.
Arrabales
Para qué ver subir la luna en las noches de verano. Para qué escuchar el último grillo rojizo de la aurora.
Para qué pensar en la voluptuosidad febril de los arrabales lujuriosos que nos envolvía.
Derrochamos la semilla de Onán y me punza la belleza en tu lánguido recuerdo, mientras tocan lágrimas en mi arpa desnuda