Revista Cultura y Ocio

Unos poemas de Romancero negro, de José Luis Gracia Mosteo

Publicado el 11 mayo 2017 por David Pérez Vega @DavidPerezVeg
Unos poemas de Romancero negro, de José Luis Gracia Mosteo El poeta José Luis Gracia Mosteo (Calatorao, Zaragoza, 1957) ha publicado en febrero de 2017 el poemario Romancero negro. Con él quedó finalista del Premio Fray Luis de León de 2014. El poemario cuenta con un prólogo de Montero Glez y en él podemos leer poemas treinta poemas, de los que quiero mostrar aquí los tres primeros: Unos poemas de Romancero negro, de José Luis Gracia Mosteo
1. …No pretendas saber, pues no está permitido, / el fin que a mí y a ti, Leucónoe, / nos tienen los dioses asignados… Horacio JÁCARA DE CRISTIAN JUÁREZ, SICARIO Dos mil es lo que cobraba, justo dos mil aunque diga que un narco le apuraba. Viajaba hacia San Diego procedente de Tijuana, tenía catorce años, una madre y dos hermanas. Era para mantenerlas y que así se callaran; me dijo el capo Morelos que si no lo hago las mata. ¿Qué podía hacer, señor, sino cumplir lo que mandan? Matar no es nada difícil, y la vida hay que ganarla. Me regalaron un colt, cartuchos y una navaja; ahora veremos, dijeron, si quieres utilizarlas, si sabes hacer muertitos como quien arrea vacas. El primero fue el peor, no dormí en una semana, los que llegaron después, ya eran ganado sin alma. Viajaba hacia San Diego procedente de Tijuana, pasaba ciego de mota con cinco escenas grabadas: cuatro decapitaciones y una mujer torturada. Nada más las degollé, me jalaron en Tijuana; tú solo haz lo que debes si quieres ver a tu mama. Ocho soldados y un cura le seccionaron el alma: unos con la balacera, otros con palabras blandas, que el cielo está muy arriba pero el infierno, en Tijuana, y para viajar tan cerca con el celular te basta. Un federal de Jalisco le metió el tiro de gracia: ahora veremos, le dijo, si mueres igual que matas; si eres hombre o eres chavo, al encarar a la Parca. Pero él ya no le oía, lejos como se encontraba, muy arriba, en el Norte, llegando a su nueva casa, que hasta sonreía, dicen, al sentir entrar la bala. En un hoyo lo enterraron al fondo de una cañada, entre Tijuana y San Diego para que no destapara los que pagan la pachocha, ni su pericia probada, que cuando se mata tanto, es mejor no contar nada,  y metro y medio de tierra, dos piedras y una meada cierran la boca a cualquiera y no hay tarifa que valga. Dos mil es lo que cobraba, justo dos mil aunque diga que un narco le apuraba.
2. …Soy un héroe pequeño, y pequeño es también el atrio / de Eetión  de Anfípolis en que me alojo / sin más compañía que una serpiente sinuosa y una espada… Calímaco
CUATE SUGAR ES ORDENADO CHULO No me interrogue, no más, no voy a hablar, se lo juro, cuando cumplí veinte años me ordenaron como chulo. Fue el día de Todos Santos el que mataron el chivo, me tendieron en su sangre y rodearon el ombligo, pa luego hacerme una cruz en donde nace el resuello. Luego, bebimos tequila y cantamos todos juntos, comimos tacos con chile y fumamos tres carrujos. Después, trajeron una hembra y la cabalgué ante muchos; ahora soy hombre macho, todo un padrote cumplido, tengo claro que, si no hablo, mañana seguiré vivo. No me interrogue, no más, no cantaré, se lo juro, a la hora de la verdad no se achicopala uno, bájese a mamar, agente, que abajo tengo un buen puro, cuando cumplí veinte años me ordenaron como chulo.
3. …Uno de sus ojos estalla de ira, mas… Antípatro de Tesalónica
LA BANDA DE LA LÍNEA UNO (I) No viajes en la Línea Uno, por Dios, no viajes ni subas, desde las diez de la noche, no te acerques a esa línea si no te las quieres ver  con la banda del Rafita. Ya sabes, son tres chavales que se dicen salvatruchas; no cojas el suburbano, da en el búho una vueltita, que llevan navaja y Täser y un puño con el que atizan para  limpiar los pelucos,  iPhones y prendas bonitas. No viajes en la Línea Uno, no subas, ni se te ocurra, desde las diez de la noche,
no te acerques a esa línea.

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