Revista Política

UP y DOWN.

Publicado el 24 febrero 2014 por Torrens

Los que creemos que el eterno conflicto que supone el encaje de Catalunya en España solo tiene solución por la vía del dialogo y el pacto, y que además preferiríamos esa solución, hemos recibido un manguerazo de agua helada cuando a instancia de UPyD el congreso de los diputados ha aprobado por abrumadora mayoría un texto que de hecho rechaza de manera fulminante cualquier propuesta que sobre el tema soberanista venga de Catalunya, incluyendo por desgracia la posible consulta.

Si algún día Rosa Diez llega a tener responsabilidades de gobierno, a pesar de mi avanzada edad voy a plantearme seriamente la emigración, porque me asusta vivir en un país donde demasiados ciudadanos caen en una trampa como la de Rosa Diez que se ve y se huele a distancia. Parece ser que muchos españoles no se han enterado todavía que la principal características de los partidos personalistas como UPyD es que hay un contraste casi dramático, mucho peor que en otros partidos, entre lo que dicen para alcanzar el poder y lo que hacen cuando lo han conseguido, más todavía en el caso de Rosa Diez que ha recorrido todas las ideologías desde la extrema izquierda a su posición actual, dispuesta a alcanzar el poder a cualquier precio y por cualquier método.

La obsesión enferma contra la consulta es incomprensible. En cuanto se menciona la consulta en Madrid la reacción es casi de violencia verbal y la relacionan directamente con la independencia, falsa relación a la que estuvo contribuyendo durante muchos meses el propio Artur Mas. La realidad es que en Catalunya hay muchos ciudadanos que como yo tenemos la independencia solo como último recurso, incluso muchos que no quieren ni oír hablar de independencia, y que sin embargo están a favor de que se lleve a cabo la consulta, entre otras razones porque de esta forma se aclararía el panorama y sabríamos sin necesidad de encuestas si los catalanes realmente estamos a favor de la independencia.

En el texto votado en el Parlamento, todo y que gracias a una enmienda del PSOE aceptada de antemano por Rosa Diez se rebajó en mucho la barbaridad que proponía UPyD y que el PP aceptaba, se insta al Ejecutivo a “seguir utilizando los instrumentos de la Constitución y el conjunto del ordenamiento jurídico para garantizar el cumplimiento de la legalidad”. Que la Constitución no es compatible con la independencia de Catalunya está claro porque lógicamente proclama la unidad de España, y no creo que exista en el mundo ningún caso de independencia por vía pacífica que no haya supuesto modificación de las leyes fundamentales, pero esto no supone que alguien que esté trabajando de forma pacífica a favor de la independencia de cualquier lugar esté fuera de cualquier Ley, y una vez más, como en la inmensa mayoría de los textos constitucionales del mundo, la consulta no se contempla en la Constitución, ni en positivo ni en negativo, y ya sería hora que dejasen de esconderse detrás de leyes inexistentes y dijesen alto y claro que no quieren la consulta porque hay riesgo de que salga favorable a la independencia, riesgo que se debe a lo rematadamente mal que han llevado y llevan el tema Catalunya, en especial el PP, y en especial desde el año 2000.

La prueba de que la Constitución no prohíbe expresamente la consulta es que hay muchos juristas que la consideran constitucionalmente posible, entre ellos 35 Magistrados y Jueces catalanes, varios de ellos de mucho prestigio, que acaban de publicar un manifiesto donde razonan el porqué la consulta no es necesariamente ilegal, por cuya razón han sido acusados de independentistas por la caverna y denunciados por Manos Limpias.

La ilegalidad de la consulta no es la única falacia que se da como indiscutible en Madrid. Hay muchas otras que entre otras cosas demuestran lo desastrosamente mal que entienden el problema nuestros políticos centrales. Una de las más frecuentes es la que sostiene que en la U.E. hay preocupación y enfado en relación con el problema catalán. A pesar de la desastrosa circular de Artur Mas a los líderes europeos, y el grueso informe del Sr. Margallo a todas las embajadas, documentos ambos muy poco meditados y mal ejecutados, que probablemente habrán tenido un efecto contrario al esperado, no parece que en Europa haya tanta preocupación con el tema. Esta misma semana dos muy altos representantes de la U.E., la luxemburguesa Viviane Reding y Joaquín Almunia han sido muy claros al afirmar con rotundidad que no es la independencia de Catalunya lo que preocupa y molesta, sino la total falta del más mínimo dialogo entre las partes, es decir el No y No y No y No. Por cierto, Cospedal ya ha dado respuesta  a Reding al más puro estilo PP diciendo, entre otras sandeces, que la Ley (la que no existe) impide el dialogo. No hay nada a hacer con gente que no se equivoca jamás. Lo que no entiendo es cual se imaginan que será el final de la confrontación cuando ya no pueden aplicar la solución que en realidad les gustaría: la de los tanques. Lo que es seguro es que con Cospedal será un final en diferido.

En realidad da toda la impresión de que a quien no entienden fuera de España es al gobierno Rajoy y sus maneras y no solo en lo que se refiere a Catalunya. En lo que llevamos del mes de Febrero The Economist, una de las publicaciones más importantes de la derecha europea, de la derecha civilizada que no es la del PP, ha pegado ya dos sonoros mamporros al gobierno Rajoy. El primero se lo dieron el día 8 con un artículo sobre la derecha que representa el PP con el título “A new Partido Té” que lo equiparan al Tea Party norteamericano y mencionan los dos forúnculos que le han salido, más conservadores todavía, el partido Vox y los desplantes de José Maria Aznar. Para que tengáis una idea del palo que le dan, en su último párrafo dicen que el 26% de paro es la principal preocupación de los españoles y que si el gobierno Rajoy concentrase sus esfuerzos en solucionarlo todavía tendría esperanzas de renovar el mandato, pero leyes como las del aborto y la de seguridad ciudadana les ponen las cosas muy difíciles.

El segundo palo se lo han dado al gobierno Rajoy, a Herman Van Rompuy y a Durao Barroso en un artículo reciente titulado “Homage to Caledonia”, parafraseando el título del libro “Homenaje a Catalunya” de George Orwell pero aplicado a Escocia. Les dan el palo al segundo y al tercero por declarar sin base alguna que Escocia y Catalunya independientes saldrían de la U.E., y sobre todo al portugués por comparar su situación con la de Kosovo, y al gobierno Rajoy por alentar y fomentar el criterio expresado por los otros dos sin base alguna.

En el artículo se hacen dos comentarios interesantes en relación con España, el primero es que los catalanes creen que tienen suerte de estar en la U.E. porque en caso contrario la consulta no se habría podido ni tan solo plantear y los tanques ya estarían en la plaza de Sant Jaume. En el segundo comentario aventuran que si el gobierno Rajoy se opone al referéndum es precisamente porque sabe que difícilmente podría evitar que Catalunya permaneciese en la U.E.

El artículo no es en absoluto favorable a la independencia de ninguno de los dos, pero advierte que a pesar de los comentarios fuera de lugar, en la U.E. el secesionismo en uno de sus miembros no está regulado y que muy probablemente en ambos casos podrían permanecer en la U.E. después de un proceso de readaptación lento y complicado que estiman en un máximo de 4 años.

El artículo denuncia lo absurdo del enfrentamiento y la falta de diálogo entre el gobierno Rajoy y la Generalitat y, una vez más, creen que la solución para España es pactar un acuerdo que evite la escisión, y en ambos casos, si finalmente se inicia un proceso hacia la independencia, mejor que se trate de un divorcio amistoso, porque en caso contrario las dos partes que se divorcien  y la U.E. tendrán serios problemas.

Como contraste, ahora que tanto se critica a los suizos, me encantaría ser ciudadano de un país como Suiza, que incluso cuando se equivocan lo hacen mediante referéndum.


UP y DOWN.

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