El cuarto capítulo de la tercera entrega de Black Mirror, llamado San Junipero, parece haberse convertido en una serie, eso sí, en clave de comedia con situaciones un tanto estrafalarias, aunque no carente de momentos dramáticos y sobre todo llena de mucha sátira social. Este desenfadado planteamiento, unido a una intrigante trama conspiratoria continua y los menos de treinta minutos que dura cada uno de los diez episodios que componen esta primera temporada, hacen que sea sumamente amena desde el principio.
También ayuda la simpatía que desprenden la mayoría de personajes, ya sean principales o secundarios, e incluso "malvados" que hasta tienen su punto, con margen incluso para el romanticismo y el humor absurdo. En definitiva, un poco de todo sin destacar demasiado en nada pero con lo justo y necesario para reírnos de nosotros mismos con esta hipérbole de cómo podría ser nuestra sociedad en un futuro no tan lejano donde el consumismo desatado y el capitalismo salvaje trascienden la vida para asentarse en un divertido más allá.
Mi puntuación: 6/10