En un ejercicio de política-ficción, cualquiera puede imaginar qué habría cambiado en el vergonzoso panorama político español si UPyD hubiera, al menos, repetido la representación que poseía en el Congreso durante la legislatura 2011-15. Mi impresión es que UPyD habría votado en contra de aquel pacto que tuviera como interviniente a Podemos, que se habría abstenido en cualquier otro y que difícilmente votaría a favor de cualquiera de las múltiples alianzas que se pueden formar.
Lamentablemente, la pérdida de la representación parlamentaria que UPyD ha venido ostentando durante ocho años hace que esto no es más que ficción. Como partido responsable que somos, ahora llega el momento de analizar los errores cometidos, buscar la forma de solucionarlos y aplicar nuevos métodos, conductas, comportamientos y procedimientos para mejorar la conexión con la sociedad española, a la que queremos ofrecer nuestras soluciones a sus problemas.
Esa misma responsabilidad nos conduce igualmente a la obligación de seguir respondiendo ante las 153.498 personas que nos votaron ya que el hecho de no conseguir escaños en el Congreso no resta ni un ápice de valor a la confianza que depositaron en nuestro proyecto. Antes al contrario, deberíamos considerar a esa parte de la sociedad como 153.498 semillas repartidas por toda España a las que debemos mimar, regar, cuidar, vigorizar para poder obtener una mejor cosecha en las próximas elecciones. Las diferencias cuantitativas no deberían hacernos perder de vista las ventajas cualitativas que nuestros votantes tienen sobre los de otros partidos; no porque personalmente seamos mejores sino porque colectivamente nuestro comportamiento está siendo muy diferente.
La tranquilidad con la que cualquiera de nuestros votantes puede expresar abiertamente que su opción elegida ha sido UPyD no la tienen todos los demás. No veo presumiendo a muchos votantes del PP después de que un juez le haya atribuido delitos de “organización criminal” y le hayan imputado a todo un grupo municipal por corrupción. Tampoco creo que los votantes socialistas puedan presumir de su elección contemplando las pugnas e intrigas en las que andan sus dirigentes tras cosechar sus peores resultados electorales. En cuanto a los de Ciudadanos, están tan preocupados por consumar sus ambiciones y tan absortos por el fulgor de su líder que probablemente no se avergüencen nunca por mucho que vean a compañeras desnudas en el Interviú, que las escuchen diciendo que no saben explicarse, o que sus concejales pacten aumentos de sueldo del 25%.
La responsabilidad va a ser un valor en alza entre la sociedad española en vista de la poca vergüenza que están demostrando los otros partidos en este proceso de búsqueda de un presidente del Gobierno.