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Urania y Arato en la bodega romana de Arellano

Por Angelrequena

Urania y Arato en la bodega romana de Arellano

En estos tiempos las bodegas rivalizan por la calidad arquitectónica y belleza de sus instalaciones como una forma más de mostrar que el cuidado de sus vinos va emparejado al del lugar donde reposa. Esta tradición tiene dos milenios. El bodeguero ilustrado de Arellano amante de la sabiduría de las musas y del culto a Cibeles en el siglo IV nos ha dejado una buena muestra.

La Musa Urania es la inspiradora de la astronomía que no puede ser otra cosa que matemática. De hecho los términos matemático y astrónomo se confundieron durante mucho tiempo. Un bonito mosaico octogonal dedicado a las musas encontrado en la Villa de Arellano fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional en Madrid pero en la villa se ha reproducido. Urania aparece con una vara de medir o compás (radius) y una esfera; su acompañante habitual en esa época era Arato de Solos (315-240 aC), el autor de Los fenómenos, un poema didáctico griego que fue traducido al latín una y otra vez.

Urania y Arato en la bodega romana de Arellano

La vida del campo en la bodega no era ajena a las inquietudes culturales y religiosas. La joya original de la villa es el bello Mosaico de Cibeles y Atis. La presencia de Cibeles en una finca agrícola es lo normal pues se trata de la diosa madre de la fertilidad. El autocastrado Atis es su castigado enamorado. El culto frigio se extendio al otro extremo del Mediterraneo. Las musas revelan el gusto por el saber.

Urania y Arato en la bodega romana de Arellano

Son de destacar las cenefas y rosetas geométricas de los mosaicos que revelan la profundidad óptica que se conservará en la pintura románica.

Una bodega no es tal sin sus cantaras, las dolias de terracota romanas. La villa muestra gran número de ellas. Arellano, merindad de Estella,  sigue siendo tierra de viñedos.

Urania y Arato en la bodega romana de Arellano


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